cαρiτυℓσ №3

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Harry quería hablar, pero se sentía muy nervioso, además, si les contaba, cabía la posibilidad de que lo tacharan de mentiroso.

Tenía un nudo en la garganta que no le permitía hablar. Sus manos estaban bañadas en sudor frío, su cuerpo temblaba incontrolablemente, y notorias lágrimas se acumulaban en esos bellos orbes color esmeralda.

Y pensar lo tanto que lo estremecía recordar a su "familia".

Nunca iba a olvidar como tía Petunia lo trataba. Con el era una mujer muy cruel. Lo mandaba a hacer las tareas domésticas, como cocinar, limpiar, ordenar, y hacer los mandados, tampoco le agradecía cuando terminaba sus tareas, en lugar de eso, solo le dirigía miradas de asco, así es como empezó a pensar que él era asqueroso y que no merecía la pena.

Tampoco iba a olvidar los golpes de Dudley junto con sus amigos, los acosos constantes en el colegio y fuera de esté, como lo hacían sentir una basura, que no servía para nada. Hasta había hecho que todos en la escuela lo repudiaron, dejándolo así, sólo.

Porque las palabras son como cuchillos clavados en tu corazón, y tu memoria las hace presentes cuando ves tu reflejo, rajando así más la herida, qué tal vez nunca llegó a cicatrizar.

Cuando le llegaba a la cabeza, o simplemente escuchaba el nombré "Vernon", millones de los peores recuerdos llegaban. Desde la primera bofetada, hasta la peor de las palizas, así como una de las primeras veces en que uso su cuerpo para divertirse, y cómo no , cuando venían sus amigos y hacían lo mismo...

De repente salió de sus pensamientos, y se dió cuenta de que estaba llorando, y que todos lo miraban con una expresión de duda y preocupación. Entonces, decidió hablar.

-todo comenzó cuándo...- así, relató cómo vivió esos años desde que estuvo en la casa de los Dursley.

Las expresiones de todos los presentes era furia, y preocupación por el pequeño. Pero el que más estaba molestó, era Draco, ¡Cómo se atrevian esos muggles a hacerle daño a Harry!, Si le llamó por su nombré, pero ni cuenta se dió.

Al ver a Harry llorar desconsoladamente, Draco, hizo lo que nadie se imagino, lo abrazó, lo abrazó con tanta fuerza para darle protección, como si se fuera a desintegrar entres sus brazos, y Harry correspondió su abrazó.

Madame Pomfrey, estaba embelesada viendo la escena, pero al notar que no se soltaban, susurro a todos los presentes, sin contar a Draco, que les dejarán un poco de privacidad.

Cuando salieron todos, él pequeño y él Rubio se separaron lentamente.

El menor regaló una tierna sonrisa, que fue correspondida por el mayor.
Ambos sintieron un latido que los desconcertó, seguido de una cálida sensación que prometía que todo estaría bien.

Luego de que Harry pasará una semana en la enfermería, y que Pomfrey dijera a Draco que sería quién cuidara de Harry, se encontraban yendo juntos al comedor, a tomar el desayuno.

Cuando las grandes puertas se abrieron, dejaron ver juntas a las personas más inoportunas.

De repente el comedor quedó en silenció. Vieron caminar a Draco Malfoy, "él príncipe de las serpientes", y a su rival, Harry Potter, "él niño que vivió", hacia la mesa de Griffyndor, donde Hermione y Ron les dedicaban a ambos una sonrisa que los invitaba a sentarse junto con ellos.

Hola!!!, Espero que les haya gustado el capítulo, y disculpen si tiene alguna falta o error.

Besos! 😘

τнє ƒαiℓє∂ ρστiσท Donde viven las historias. Descúbrelo ahora