2016: Mentira blanca (Manigoldo/Albafica)

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—De acuerdo al informe, las peleas se dieron lejos de la posada donde se hospedaron. ¿A qué se debe el gasto por "reparación de infraestructura" en ese lugar? —preguntó Sage, su mirada yendo de Albafica a Manigoldo.

Estaban frente al patriarca para reportar el resultado de su misión en Venecia, y ahora tendrían que lidiar con las consecuencias de una acción que no habían considerado. Probablemente el patriarca pensara que las roturas eran obra de Manigoldo, pero se equivocaba. Quien había destruido aquella pared había sido Albafica. Ambos guardaron silencio, hasta que Albafica abrió la boca para hablar, pero Manigoldo se le adelantó antes de que pudiera emitir palabra.

—Fue un accidente —dijo.

—¿Qué tipo de accidente? —insistió Sage.

—En realidad... —comenzó a decir Albafica, dando un paso hacia adelante. Una vez más, Manigoldo no lo dejó terminar.

—Sí, Alba tiene razón, tendría que haber sido más cuidadoso.

—Pero, Manigoldo...

—Sí, ya sé. Tú mismo lo dijiste, ¿no? Tú fuiste quien se dio cuenta de que nos estaban siguiendo, mientras yo estaba distraído por otras cosas. En resumen, lo del muro fue mi culpa —dijo Manigoldo, encogiéndose de hombros.

El patriarca observó a los dos caballeros, pensativo. Algo no cerraba. Albafica se veía confundido, y Manigoldo meneaba la cabeza y se rascaba la nuca. Sage conocía ese gesto. Estaba mintiendo.

—Está bien, solamente intenten ajustarse mejor al presupuesto la próxima vez. Pueden regresar a sus puestos.

La sesión fue dada por terminada, y ninguno de los dos tuvo oportunidad de agregar más.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Albafica mientras se alejaban de la sala del patriarca.

—¡No sé por qué lo hice! —exclamó Manigoldo, que había hablado sin pensar, y estaba comenzando a arrepentirse—. Supongo que porque estoy acostumbrado a lidiar con el viejo y sus regaños, y me da igual a estas alturas...

—No había necesidad de que asumieras la culpa de nada. Ahora lo volviste más complicado de lo que era originalmente.

—No es complicado.

—No me gusta sentir que te debo algo.

—No me debes nada. Aunque no me negaría si quisieras pagarme con un beso —rió Manigoldo.

—No es gracioso —musitó Albafica.

—No era una broma —aclaró Manigoldo.

A veces, la imaginación corre más rápido que la razón. Y por eso, cuando Albafica miró a su compañero de reojo, no pudo hacer nada para evitar ver ese beso con tanta claridad en su mente que casi pudo sentir un cosquilleo en los labios.

Fin.

Notas: Originalmente una drabble de Tumblr. Nunca la puse en ffnet porque no creí que hubiera nadie interesado.

Oneshots BL de Saint Seiya (Lost Canvas+G+clásico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora