Capítulo 3

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Un nuevo día, radiante y soleado, se presentaba para la pelirroja. La mañana transcurrió con total normalidad. Fue de compras con su íntima amiga Robin para ver si encontraba algún modelito nuevo que ponerse para el evento que tenía aquel mediodía.
Si había algo en el universo que Nami adoraba hacer, eso era ir de compras, y aquel evento no iba a ser menos. Ella era consiente de la importancia que tenia y de la cantidad de gente con renombre que se reuniría en el lugar, por lo que debía seguir un protocolo bien estricto de ropa.
Sus amigos, al contrario que ella y Robin, siempre usaban el mismo traje para los eventos especiales. Pasaban completamente de calentarse la cabeza a la hora de escojer modelito, y si de ellos dependiera, se presentarían en chándal a cualquier lugar. Menos mal que uno de los días, Nami les convenció para que se compraran algo más formal. Desde aquel entonces, no habían cambiado de traje.

La mañana fue de lo más divertida para las dos chicas, quienes tardaron más de lo esperado en decantarse por el traje. Por una parte, Robin se decantó por un vestido palabra de honor de color violeta y largo acompañado de una elegante apertura en el lateral derecho del vestido que ascendía desde el suelo hasta la cadera, y por su parte, Nami, se decidió por uno mucho más ajustado de color negro, agarrado al cuello y que le llegaba no demasiado más abajo de su trasero.

Ambas chicas, después de cambiarse, se presentaron en el restaurante donde todos sus amigos ya las esperaban. Como era costumbre, todos ellos siempre solían llegan unos minutos más tarde de la hora acordada del evento y entraban por la puerta trasera para evitar ser fotografiados por los medios de comunicación. 

Aquel día, el restaurante estaba mucho más concurrido que de costumbre. Hasta la prensa de las ciudades de los alrededores se había concentrado en la puerta para entrevistar a los invitados. "Que agobio" Fue lo primero que pensó Nami al ver a todo ese bullicio de gente. "Menos mal que dentro estaremos tranquilos" 

Pronto se reunirían con sus amigos, quienes las esperaban en el interior del restaurante, ya sentados en su mesa de siempre, algo apartada de todas las demás. Las dos chicas entraron en el restaurante a la vez. Aparentemente no despertaron ningún tipo de interés entre los allí presentes, o eso pensó la pelirroja instantes antes de cruzar su mirada con aquellos ojos grisáceos que no le quitaron los ojos de encima desde que había llegado al restaurante. 

Su corazón se paró. Su presencia allí no podía significar nada bueno. "Mierda, mierda, mierda, qué cojones hace él aquí?" Se preguntaba la joven. 

- Ahora vuelvo Robin, tengo que salir a hacer una llamada, dile a los chicos que vayan pidiendo. Yo quiero lo de siempre. - Y tras aquellas palabras se dio media vuelta y salió corriendo del restaurante por la misma puerta que había entrado hasta alejarse escasos metros del lugar. 

"Respira Nami, respira" Se decía a sí misma en voz alta. "Seguro que te has confundido. No puede ser él, estaba demasiado herido como para poder moverse dos días más tarde. Simplemente es alguien que se le parece, nada más. Ahora entraré dentro con los demás, me fijaré bien y veré que no es la misma pers..." 

Unas manos la atraparon por detrás y le taparon la boca antes de que pudiera seguir hablando. 

- Sí soy la misma persona, pero nadie debe saber nada. Te ha quedado claro? - Susurraron en su oído.

La chica, asustada, se libró como pudo del agarre y dio media vuelta para ver de nuevo aquellos ojos que desearía no volver a ver nunca más. 

- ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién eres y por qué estás invitada a este evento? - Le pregunto el chico, algo tenso, en cuanto la tuvo de frente. 

- No te pienso contestar a ninguna de estas preguntas a menos que lo hagas tú primero. - Vaciló ella

- Soy Trafalgar Law, sobrino de Donquixote Doflamingo, el alcalde. Estoy aquí porque así lo ha querido mi tío. Tu turno. 

Emergencia de media nocheWhere stories live. Discover now