Capítulo 5

474 42 5
                                    

- Qué le pasa a Vinsmoke Ichiji contigo?

- ¿Realmente te importa? - Dijo ella mientras intentaba quitarse los cristales de las plantas de los pies.

- La verdad es que no. ¿Dónde tienes el botiquín?

- Me las puedo arreglar sola. Soy enfermera, recuerdas?

- Lo recuerdo. Y yo soy cirujano. Así que dime dónde lo tienes.

- En el baño de mi habitación, por aquella puerta de allí. - Dijo señalando el lugar exacto.

El moreno se encaminó hacia el baño. Al pasar por la habitación de ella, se sorprendió de lo ordenado que lo tenía todo. Pudo ver una fotografía en la mesita de noche de dos niñas pequeñas junto a una mujer adulta delante de un árbol de mandarinas. No sabía por qué, pero el rostro de aquella mujer se le hacía más que familiar. Entró al baño y rápidamente encontró lo que buscaba. Lo cogió y volvió al salón para curar a la muchacha.

Ella se estiró en el sofá, apoyando los pies sobre las piernas del chico, mientras él, con unas pinzas, iba quitando los cristales uno a uno y desinfectaba todas las heridas por pequeñas que fueran.

- Ahora ya estamos en paz. - Dijo él para destensar el ambiente.

- Ni en tus sueños. Yo te salvé la vida, tú solo estás quitando un puñado de cristales de mis pies. Cualquiera podría hacerlo.

- ¿Sólo estaremos en paz cuando te salve de la muerte?

- Mira, quizás en tu mundo estéis acostumbrados a salvaros la vida unos a otros. Pero en el de la gente normal, la gente que sobrevive con trabajo y esfuerzo, eso no pasa. Como mucho te ayudan en una pelea de bar, o te quitan un puñado de cristales del pie. Así que visto lo visto, no vas a tener que salvarme de nada. Por lo que yo te perdono la deuda que tienes conmigo.

- Vaya, que generosa. - Dijo él dejando entrever una pequeña sonrisa.

- Ya te lo he dicho antes, cualquier vinculación contigo, solo puede traerme problemas. Contra más lejos estés de mi, mejor.

En aquel momento, el teléfono de Law sonó. Nami no pudo escuchar demasiado bien lo que la persona en la otra línea le dijo, ya que la conversación solo duró escasos segundos.

- Tus amigos están llegando, así que yo me voy ya. No me apetece tener que dar explicaciones.

- Los estás vigilando?

- Tenía que asegurarme que no llegaran mientras yo estaba aquí. - Dijo mientras acababa de vendar el último pie de la chica. - No camines demasiado durante dos o tres días. - Y Law se levantó para marcharse.

- Espera, no te vayas todavía. Acercarme mi móvil.

El chico le hizo caso y alcanzó el teléfono que se encontraba en lo alto de la mesa del salón.

Nami marcó un número y llamó.

- ¿Zoro? ¡Hola! Sí, estoy bien. ¿Cómo ha ido? Dile a Sanji que estoy bien, que le escucho de fondo. No, no hace falta que vengáis. Estaba acabando de recoger y se me ha caído la vajilla al suelo. Esto es un desastre, y como vengáis todos ahora se empeorará. Sí, sí, estoy bien. Solo me he cortado un poco, pero todo solucionado. Dile a los chicos que podéis venir a la hora de cenar. Vale, luego las pido. ¿A la pizzería de siempre? ¡Genial entonces! Sí, ya se de que os gusta. ¡Hasta luego! - Y colgó.

- No sabía que querías quedarte más tiempo conmigo a solas. 

- No alucines. Ya que no puedes salvarme la vida, me ayudarás a recoger este desastre. 

Emergencia de media nocheWhere stories live. Discover now