Capítulo 7

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Nami pasó la siguiente hora recogiendo y limpiando la casa con la ayuda de sus tres amigos. Gracias a ellos fue mucho más ameno.

- Qué harás ahora? - Preguntó Zoro

- Si quieres puedes venirte a mi casa. - Ofreció Luffy. - Ya sabes que es grande y estarás segura. Ace y Sabo te recibirán con las manos abiertas.

- De eso nada, me siento responsable de todo lo que ha pasado. Si tienes que venir a casa de alguien, puede ser a la mía. - Insistió Sanji.

- Os lo agradezco, pero me quedaré aquí. No quiero ser molestia para nadie. Además, tampoco puedo vivir con miedo. Le pediré a Franky que refuerce la puerta. Seguro que ya no la podrán tirar abajo.

- Haces bien. - Dijo Zoro

- Como se te ocurre decir que hace bien idiota - Se mosqueó el rubio. - El imbécil de mi hermano no se cansará. Lo sé de primera mano.

- No le quedará otra opción que cansarse. - Dijo la chica. - La agradezco la ayuda. Ahora me gustaría darme un baño, y después iré a ver a aquel chico al hospital.

- Te acompañamos? - Dijo Luffy

- No hace falta. Estaré bien. No os preocupéis. - Y dicho y hecho, Nami se despidió de sus tres amigos.

Cogió su teléfono móvil y llamó a Franky, que no tardó más de 10 minutos en llegar a su casa.

La chica le resumió todo lo que había pasado y le pidió que le reforzara la puerta todo lo que pudiera para que ese incidente no volviera a ocurrir. En media hora, Franky ya lo tenía todo arreglado y listo.

Nami se dio una ducha rápida. Todavía no había comido, y quería ir a ver a aquel chico al hospital. Recalentó su comida que se había enfriado y al fin pudo sentarse en la mesa a comer, cuando de repente recordó algo. Metió la mano en uno de sus bolsillos y sacó un teléfono móvil. El móvil del chico que la había salvado.

Encendió la pantalla y vio una foto de él junto a Law y otros dos chicos. Todos sonreían a excepción del capitán. Intentó desbloquear el dispositivo pero no le fue posible. No hubo forma de averiguar la contraseña. Lo dejó en un lateral de la mesa y empezó a comer. Apenas había tomado tres cucharadas cuando el teléfono sonó.

"Capitán"

Ella no titubeó, y contestó inmediatamente.

- Beppo, ¿Cómo estás? ¿Ha ido todo bien?

En aquel momento, Nami no habló. No le salían las palabras.

- Beppo, ¿me oyes? ¿Estáis los dos bien?

- Está en el hospital... - Dijo ella derramando una lágrima mientras recordaba todo el daño que había recibido el chico por haberla defendido. 

- ¿Nami-ya? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Beppo?

- Ven a mi casa. - Acabó diciendo antes de colgar y romper a llorar.

Toda la situación se le echó encima. Hasta ese mismo momento, la chica no era consciente de todo lo que acababa de suceder. Si no fuera por Beppo, ella estaría... ¿muerta? No lo sabría nunca. Lo que sí que sabía a ciencia cierta es que si no llega a ser por él, la situación hubiera sido mucho más complicada de lo que lo era ahora mismo. ¿Debía agradecérselo también a Law? Por mucho que no quisiera reconocerlo, sabía que si. Si el moreno no se hubiera enterado de lo que iba a pasar, no hubiera enviado a Beppo, y se hubiera tenido que enfrentar sola a Ichiji. 

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- Va siendo hora de que me vaya. El negocio es el negocio y no puedo desatenderlo durante todo el día. - Dijo Law para poder irse de allí.

Emergencia de media nocheWhere stories live. Discover now