Capítulo 24.

52 7 0
                                    

-¿Me vas a decir ya qué te pasa?-me pregunta Elliot mientras esperamos a que nos sirvan un café. Estamos en la terraza de la cafetería disfrutando de los últimos minutos de sol del día después de haber estado corriendo durante una hora.

-¿Qué?-digo despistada.-Perdón, estaba pensando en otra cosa. ¿Qué pasa?

-Eso es lo que pasa.-responde echándose hacia delante y apoyando ambos brazos en la mesa. Me observa en silencio con una ceja levantada.-Llevas toda la tarde distraída y sin apenas hablar. ¿Qué ocurre, Lei?

Lo miro dubitativa durante unos segundos.

-Anne ha vuelto.-respondo con desgana. 

-¿Qué?-pregunta sorprendido.-¿Qué ha pasado ahora?

Me encojo de hombros. 

-Dice que viene a visitarnos.-contesto poniendo los ojos en blanco.

-¿Y Nick qué ha dicho?

-No lo sabe aún.-respondo.-No llega a casa hasta dentro de un par de horas. 

Mi mejor amigo me mira con una mueca de fastidio.

-Quizá solo ha venido a veros de verdad.-dice, y yo levanto una ceja.

-Elliot, eso no va a pasar nunca.-respondo seria.-Nos dejó solos cuando yo tenía nueve años y Nick dieciséis y nunca se ha preocupado por nosotros. No nos ha ayudado en nada ni se ha interesado por cómo nos iban las cosas. No creo que vaya a empezar a hacerlo ahora.

Se encoge de hombros y me mira con cierta pena.

-Sabes que puedes venir a dormir a mi casa cuando quieras, ¿verdad?-dice, y yo asiento.-Mi padre va a hacer spaghetti a la carbonara para cenar, así que... estás invitada.-añade con una sonrisa. 

-Gracias.-digo intentando sonreír.-Pero prefiero estar en casa para cuando Nick vuelva. Quiero que Anne nos diga qué pasa y se vaya cuanto antes.

-Como quieras.-responde.-Pero ya sabes que la puerta de mi casa siempre está abierta para ti.

Yo sonrío a modo de respuesta y unos segundos más tarde la camarera nos trae los cafés. Le damos las gracias y pasamos el resto de la tarde hablando de cosas banales.


Media hora más tarde vuelvo a casa tras mi encuentro con Elliot. El hecho de que Anne esté aquí hace que no pueda pensar en otra cosa. Hacia casi un año que no volvía y que prácticamente no sabíamos nada de ella...¿qué ha pasado ahora para que haya vuelto? ¿qué quiere de nosotros esta vez?

Estoy entrando por la calle cuando veo a Nick aparcando el coche en la entrada de la casa. Acelero el paso y me coloco al lado del vehículo. Cuando baja, me mira con una sonrisa.

-Hola.-me saluda acercándose a mí y dándome un beso en la cabeza.-¿Vienes de estar con Elliot?

Yo asiento.

-Hemos salido a correr y luego hemos ido a tomar un café.-respondo.

-Me sorprende que esté consiguiendo que hagas deporte.-dice.-Nunca pensé que te vería salir a correr.

Pongo los ojos en blanco y le doy un golpe flojo en el hombro.

-Solo necesitaba motivación.-contesto mientras él coge la chaqueta del coche. Tras hacerlo, cierra y comenzamos a andar hacia la entrada.-Oye, Nick...-comienzo a decir nerviosa.-hay algo que deberías saber.-está metiendo la llave en la cerradura, pero tras mis palabras se queda quieto y me mira con inquietud.

-¿Qué pasa?-pregunta, y estoy a punto de responder cuando la puerta se abre.

Anne aparece ante nosotros y Elliot la mira de arriba a abajo, sin creerse lo que está viendo. Pero, sobre todo, la mira con decepción, porque sabe lo que conlleva que ella esté aquí.


Unos minutos después me encuentro con Nick y Anne en el salón. Anne está sentada en el sofá mientras que Nick está caminando de un lado a otro de la sala pensativo. Yo observo la escena apoyada en la pared, a un par de metros de mi hermano.

-¿Qué estás haciendo aquí?-pregunta Nick por tercera vez. Anne da un trago a la cerveza que tiene en la mano y lo mira con inocencia.

-Ya os lo he dicho-responde.-¿Por qué no os creéis que haya venido a veros?

Elliot deja de andar y la mira con rabia.

-¡¿Que por qué?!-chilla de repente.-¡Porque siempre que vienes traes problemas! ¡Solo nos buscas para que te salvemos el puto culo!

-No me hables así.-responde Anne poniéndose en pie y colocándose delante de él.-Soy tu madre.

-¡Tú no eres nada para mí!-exclama.-Nos abandonaste cuando Leila era una cría y yo un adolescente. Nos has dejado criándonos solos en esta casa sin ayudarnos nunca.-dice enfadado. Anne y mi hermano han tenido muchos enfrentamientos a lo largo de estos últimos años, pero creo que nunca lo había visto tan furioso como ahora.-Una madre no hace eso.

-¡No tenía otra opción!-responde ella.-El mundo se me vino encima cuando Harry murió. ¡No sabía qué hacer!

-¡Quedarte!-chilla Nick con rabia.-¡Tenías que quedarte! Para nosotros, estás muerta desde el día en que papá se fue.-añade tajante. Puedo ver el dolor en los ojos de Anne.

-Estás siendo muy injusto, Nick.-dice dando un paso hacia él.-Hice lo que pude.

-No, mamá.-hacía años que no escuchaba a Nick llamarla <<mamá>>.-No hiciste nada.

-¿Puedes por favor decirnos por qué has venido?-pregunto hablando por primera vez desde que empezó la conversación. Me separo de la pared y me acerco a ellos, manteniendo mi mirada en Anne.-Si ha pasado algo, queremos saberlo.

Anne alterna su mirada entre Nick y yo, dudosa. Abre la boca un par de veces pero no dice nada. Hasta que por fin lo hace:

-La semana pasada me llegó una carta de la policía.-comienza a explicar.-Decía que ya se había cumplido la mitad de la condena por el asesinato y que él iba a salir en libertad condicional durante los próximos días. El sábado salió de la cárcel y nadie ha vuelto a verle desde entonces.-El corazón se me para al escuchar sus palabras. El mundo se me viene encima y tengo que agarrar a Nick del brazo para no desequilibrarme. Él apenas reacciona y se queda mirando al suelo fijamente. 

-¿Va a venir aquí?-pregunto con un hilo de voz. 

-Todos tenemos una orden de alejamiento contra él.-responde Anne.-No puede acercarse a ninguno.

-No va a hacerlo.-habla Nick de repente.-No va a hacerlo porque como se atreva a acercarse a nosotros voy a matarlo con mis propias manos.




La distancia entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora