En el pueblo de Cherry Hill se creó la magia, hace muchos años la familia Mitchell hizo portadores de habilidades especiales a los suyos y a muchos otros humanos. Sin embargo esta no fue bien recibida por lo tanto la sangre real se separó e hizo que...
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Jaspher tenía ojeras y los pómulos más marcados de lo normal, sus ojos lagrimeaban constantemente.
El cuarto de baño, el foco deslumbrante del pórtico y un televisor encendido que ni siquiera era observado, alumbraban la solitaria casa de ese pobre chico.
Su madre y padre nunca hacian acto de presencia por más de dos semanas y Coral, bueno ella ni siquiera se había despedido.
El no podía dejar de ver la mesa de centro que estaba frente a él.
Cathalina anunciaba su llegada con el compás de sus pasos desde el pórtico, acompañados de unos pequeños golpes en la puerta.
Jaspher succionó aire y fue a abrir, la observó con detenimiento. Ella en serio estaba nerviosa, no sabía ni siquiera que decir o como saludarlo, pero ahí estaba para él.
Jaspher extendió su mano con una sonrisa, que no solo mostraba sus dientes, sino también decía "No debes decir nada, solo ven" Cathalina tomo su mano sin vacilar y sonrió de la misma manera. ¿Por qué era tan difícil para una de las personas más seguras de todo Cherry Hill, consolar a su novio? incluso Cathalina se cuestionaba.
Ella se acercó para besar sus labios con calidez, le respondió de la misma forma. Al separar sus alientos Cathalina entro a la casa y Jaspher encendió la luz, tomo otra bocanada de aire y se recostó en la pared haciendo un nudo con sus brazos sobre su pecho.
—¿Que estabas haciendo?— Pregunto Cathalina.
—Veia la televisión.— respondió señalando a su derecha.—¿Quieres ver una película?
—Claro, como gustes. —Su voz apenas se escuchaba.
—¿Cuál vemos?
—La que tú quieras.
—De acuerdo.—miro el desinterés en sus ojos y no pudo soportar más la situacion.— ¿Que pasa?
—¿Qué?
—Eres Cathalina Mitchell, nunca dejarías que elija algo para ver, ¿"Cómo gustes"?, Tú nunca usas frases como esas.
—Yo solo...—No sabía que decir.— No sé que es o qué pasa...
—Ya déjalo, no importa.
—¿No importa? Tal vez pienses que a mí no me importa, pero, tú estás tan... Roto, no sé qué hacer o qué decir siempre que estoy contigo. No sé que somos, no se cómo ayudarte y lo peor es que para ti esto es normal, pero para mí, esto es nuevo y me da miedo que todo vuele en pedazos por algo que diga mal, así que si, si pasa algo, pero no sé cómo solucionarlo. Estas mucho tiempo solo en casa, faltas a clases incluyendo las de música, lo cual es ilógico sabiendo que te encanta humillar a los demás con tu talento y ya no sé qué hacer.
Mientras la escuchaba, Jaspher notaba como la pequeña flor lila que su madre había descuidado desde hace un tiempo, comenzó a revivir y crecer a medida que Cathalina liberaba todas las palabras que siempre contenía.
