—¿Lo vale? — Volvió a preguntar Geraldina, — ¿Por qué todos preguntan eso? Si lo Vale, es Jane y está perdida con quien sabe quién, haciendo quien sabe que cosas.
—Antes de comenzar a elevar tu tono de voz analiza tus palabras, pero te recomiendo que analices antes las mías, entiende la magnitud de las consecuencias y enfréntalas con los beneficios, si estas comprometida a responder por tu amiga, con la culpa que te atraviesa el corazón ahora toda la vida y en cada mala decisión que Jane tome, está bien, tienes mi apoyo y tienes mi respeto puesto sobre ti, pero en caso de no ser así, déjame darte la alternativa de vivir tu vida y un aplauso por el gran trabajo de madre prematura que haz realizado por estos años. — Se puso de pie y fue hasta la malteada que ya se había reducido a sobras de gotas ásperas, tomo el vaso y se encamino a la puerta. — Te dejo un rato para que lo pienses y aprovecho para mantener tu estómago lleno.
La rubia se quedó en el banco de madera dentro de la habitación de Cathalina.
Por su parte, la princesa Gótica de la mansión Mitchell hizo una parada en su recorrido a la cocina, frente al teléfono marcando el número del apartamento en el que residía Simon, estaba completamente sumergida en el pitar de la bocina que no sintió la presencia vigilante de Rose detrás de ella con un plumero gris vigilándola con fervor.
—¿Simon? Si, Hola. ¿Puedo verte mañana antes de entrar a la escuela? — después de unos segundos Cathalina colgó el teléfono y al dar la vuelta no alcanzo a ver la sombra de su nana quien ya se había desparecido entre las sombras de la casona. Se fue, lleno el vaso de malteada rosada y subió a la habitación de Jaspher, entro escuchando el vibrar de las cuerdas de guitarra que rasgaban los delgados dedos del Sr. Campbell, con la llegada de zach al mundo mágico había comenzado a recordar mucho lo unida que era su familia antes del dolor que sufrieron con la emancipación de coral.
—¿Está ocupado Señor Campbell?—pregunto mientras rodeaba su cuello con los brazos y le plantaba un delicado beso digno de una doncella en la mejilla izquierda.
—Para usted nunca, mi bella doncella. — el tomo su mano y la beso disfrutando del tacto que tuvo de sus rosados labios y la tersa piel de cat.— ¿Que tanto hacen tú y la niña Stone?
—No hacemos nada, pero te necesitare, para hallar a Janne. — Sonrió al mismo tiempo que bajaba la mirada a su regazo. — No tengo palabras para describir lo triste y desesperada que se encuentra Geral, estuve en su lugar más de una vez, sin embargo, no me encuentro ni cerca de saber si esto resultara bien, solo sé que necesitamos sacrificar nuestra seguridad y probablemente también la del pueblo de Cherry Hill.
—¿A qué te refieres con...?
—Zach, lo necesitamos para recitar el hechizo que me llevo a la mansión Moore y con mi padre, tengo entendido que el tener a más de un brujo mayor dentro del aquelarre que recite el hechizo es de suma importancia y el sería una parte clave, además el que compartan sangre con el sujeto a buscar es una ley de este tipo de magia, ¿Qué mejor que su tatarabuelo?
Jaspher la miro y ladeo la cabeza intentando comprender el lio en el que se metería al contribuir con este hechizo, pero enseguida recordó el gran lio que caería sobre el en caso de no ser un participante y las consecuencias podrían englobar perder a su bella doncella Gótica y eso no podría permitírselo.
—¿necesitas que llame a Darían? — pregunto Jaspher.
— Por él y por su hermana es que necesitamos hacer esto, no creo que sea una situación tan desesperada como para llamarle.
Después de largos suspiros continuaron con el plan.
Kilómetros mas cerca de Cherry Hill, otra de las morenas con los ojos más peculiares del pueblo tecleaba con gran rapidez sobre una máquina de escribir y revisaba sus propias notas, como método de relajación machacaba dos de las tapas plásticas que cubrían la parte superior de los bolígrafos. continuaba escribiendo, más y más.
Llamaron a la puerta un par de golpes y después un papel se deslizo por debajo de la misma, era el método de comunicación entre los empleados del periódico y ella, aun no podían superar el temor que crecía hacia una de las brujas más empoderadas del lugar.
Con sus ojos desprendiendo brillo al máximo hizo levitar el papel y caer sobre su mano. Las indicaciones del recado decían que la buscaban en la recepción.
Suspiro y miro por la ventana, la motocicleta de Andrew no se hallaba apartada en el estacionamiento, Antes de llegar al periódico había hablado con Cathalina y no se le ocurría quien más necesitaba su presencia.
Bajo con la soledad que el temor de sus compañeros le proporcionaba, llego a la planta baja y observo una gabardina beige que colgaba de los hombros de un hombre delgado, con pantalones cafés y cabello rizado, no encontraba el parecido con alguien que conociera o hubiera visto antes, pero al enfrentarlo cara a cara recordó los ojos verdes que había notado en la escuela.
—Timothy Sn, Claire. — Comento Simon rodeándolo con los brazos cruzados. — ¿A qué se debe el honor?
—Hola, Simon. —su sonrisa se dibujó por un par de segundos para después demostrar una expresión triste y alargada. — Es mejor que tengas tu libreta de notas a la mano.
*Nota de la autora*
Graciaas por leer.
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Las Brujas Mitchell
FantasyEn el pueblo de Cherry Hill se creó la magia, hace muchos años la familia Mitchell hizo portadores de habilidades especiales a los suyos y a muchos otros humanos. Sin embargo esta no fue bien recibida por lo tanto la sangre real se separó e hizo que...