VERANO

16. Mala Noche.

"¿A tus papás no les va molestar que este tan tarde en tu casa?" Danna mordió su labio nerviosa, mientras miraba como conducía Connor.

"Bueno ambos toman pastillas para dormir desde hace algunos años, es casi imposible despertarlos después de eso." sus cejas salieron disparadas. ¿A caso esto era una buena idea? La mente de Danna empezó a crear un montón de escenarios, después de todo Connor no tenía fama de ser de esos sujetos que te invitan galletitas con café cuando llevan a una chica a su casa. Había sido mala idea aceptar, Connor noto el rostro de preocupación de Danna. "Me gustaría que tocaras el piano que tenemos" Ella lo miro extrañado y distrajo por un momento las malas ideas.

"¿Tu tocas el piano?" El negó divertido sintiendo un peso menos encima.

"mamá lo compro en oferta según ella se venía bonito como decoración." Pudo notar que rodó los ojos. "Ella dijo que algún día aprendería pero jamás lo hizo, intenté sacarle provecho, fui a tres clases después las dejé."

"Por que?" Apretó las manos contra el volante.

"Malos horarios." El no quería hablar de eso. "¿Desde cuándo tocas el piano?"

"Desde los seis, cuando tienes una hermana menos que es un genio tienes que llamar la atención de algún modo."

El mundo no era tan maravilloso para Danna, siempre había tenido que ser juzgada por no ser igual de buena en la escuela como Emma. Estaba orgullosa de su hermana, porque era un talento natural para ella, pero no le gustaba ver cómo Jim miraba sus calificaciones y esucharlo decir: buen intento cielo pero no es suficiente. Jim era bastante exigente con sus hijas, desde el año pasado les había dado la tarea de elegir una carrera y una universidad lo antes posible. El problema era que Danna no sabía que hacer con su vida. ¿Eso la hacía una fracasada? Probablemente no pero así se sentía.

"¿Estás bien Danna?" Connor puso su mano sobre su desnuda rodilla, causando una explicación en su estómago. "estaba hablándote y no decías nada." Ella arrugó su nariz.

"Lo siento solo estaba pensando." Ella hizo una mueca.

"Bueno llegamos a mi casa." No quedaba lejos de la de Jason Perri también vivía en el mismo vecindario.

Connor bajo de la camioneta mientras Danna se permitía observar la enrome cada de los Brashier, era preciosa le recordaba a su antigua casa de muñecas, era blanca y de ventanas azules y un precioso balcón en el frente. Sonrió cuando Connor abrió su puerta y tomo de nuevo su mano para ayudarla a brincar, el no la soltó, estuvo cuidandola de no resbalar con el piso mojado por los aspersores y de no tropezar con los pequeños escalones de las escaleras de madera que apenas eran visibles.

"pasa." Dijo cuando finalmente la la puerta estaba abierta.

"Gracias." paso tímidamente al interior de la casa.

"Cuidado con las ca..." No pudo terminar cuando Danna soltó un chillido, había tropezado con un par de cajas de mudanza. "Mierda lo siento." Encendió la luz de la sala, Danna pudo ver la sala repleta de cajas y muebles envueltos en plástico, sus pies volvieron a fallarle pero está vez Connor la tomo por la cintura dándole un pequeño apretón que la hizo temblar. "Siéntate esos zapatos se ven incómodos como la mierda."

Danna se sentó sobre uno de los sillones cubiertos de plástico transparente.

"¿Apenas llegó su mudanza?" Connor negó con diversión.

"Mamá está necia en re-modelar la casa, la odia."

"Pero si es muy bonita." Incluso con todo el desorden podía notar que era espaciosa y una vez todo en su lugar lucirá más linda. "Mi mamá amaría trabajar con tanto espacio."