24. El secreto de Alan.

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La larga fila de los baños tenía desesperado a Alan, si de algo servía ser el favorito de el la maestra Jones era la llave del baño de profesores que le había dado para evitar el contacto con sus compañeros o mejor dicho con el inodoro. Camino por los pasillos de la escuela solitarios, o eso creía hasta que se topo con una chica pelirroja sollozando contra los casilleros.

"¿Amanda?"

Ella levanto la mirada mostrándole sus ojos avellana enrojecidos igual que su pequeña nariz. Un suspiro lleno de alivio salió de sus labios antes de lanzarse a los brazos de Alan quien la arropo en ellos.

"Bebé... Dios bebé te extrañe mucho." Sollozo acurrucándose en el pecho del
moreno.

Alan sintió un hueco en el pecho al sentirla tan cerca. Amanda Hall había sido todo para el, su primer gran amor. Se sentía tan afortunado porque aunque nadie sabia de ellos estando juntos no lo necesitaba, bastaba con dos horas al día con supuestas tutorías que jamás empezaron. Amanda podía parecer cruel y egoísta para todos pero no para el. Alan conocía lo maravillosa y agradable que podía ser o eso fue hasta que lo dejo con el corazón roto y una con una herida que tal vez tendría siempre.

"Amanda por favor no." Dijo saliendo de su agarre.

"¿Ya no me amas Alan?" Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. "Tu juraste amarme siempre, prometiste que no acabaría... ¡Alan lo hiciste por Maggie!"

Alan frunció el ceño con molestia "Tu fuiste la que me dejo Amanda, tu lo acabaste y no te atrevas a mencionar a Maggie."

Ella negó como loca mirando hacia todos lados esperando que nadie escuchara pero para su buena suerte no había nadie mas que ellos en el edificio.

"No entiendes Alan era lo mejor, es el ultimo año, imagina lo que dirían todos si me ven contigo... Si descubren lo que paso, si se enteran de Maggie, mi vida, lo diría de mi." Se acercó la gente que nuevamente pero Alan fue más rápido esquivándola.

"Si pensé que eso dirías." Se dio la vuelta. "Disfruta tu vida, sola Amanda." La pelirroja corrió hacia el impidiéndole que siguiera su camino golpeando el pecho del chico con sus palmas.

"¿Es por ella Alan? ¿Por esa perra me tratas así?" Gruño volviendo al golpear su pecho. "¡Responde!"

"¿Que?" Al chico lo primero que vino a la mente fue Danna.

"¿Me rechazas por Emma? Es por ella,
ella te esta llenando la cabeza de mierda."

"Emma no tiene nada que ver en esto Amanda, fuiste tú entiéndelo." Dijo esquivándola una vez mas.

"No hagas esto Alan, no nos hagas esto... Te amo Alan deja que te lo demuestre."

"Yo n-no quiero mas es..." Los labios de la pelirroja estaban sobre los suyos.

Cuando se separaron una sonrisa apareció en el rostro de ella al ver a Alan anonadado, pronto jalo de su brazo hasta el salón más cercano, cerrando la puerta detrás de ellos. Samantha fue en busca de sus labios
y el no la alejo, tomo su rostro con sus pequeñas manos sin dejar de ver los ojos oscuros de Alan.

"Tu eres mío, no de esa rubia, solo mío."

                                ...

Blake estaba viendo un mal show de televisión, decidió cambiar de canal a MTV y ver vídeos musicales. Listen to your heart, estaba en la pantalla. Noah se había ido a dormir alrededor de una y se sentía bastante aburrida, con hora solo dos cosas en  mente, el baile y Alan Turner. ¿De verdad le gusta Alan?

Alan era un chico bastante dulce y amable, sin duda le recordaba a Sebastián cuando era mas joven y no era el centro de atención, en ese tiempo el chico jamás hablaba con ella y se la pasaba todo el tiempo con su hermana. Cuando entraron a James Island, Sebastián cambio por completo, físicamente y también su forma de ser pero aún así cuando estaba con Danna seguía siendo tímido y tierno. Para la chica era preferible estar solos pues solo así veía al chico del que se había enamorado y no el sujeto popular que todos admiraba.

Era demasiado por un día, suspiro cansada estirando su cuerpo en el largo sillón cuando el timbre sonó, se levanto rápido algo extrañada por la hora, los padres de Noah llegarían al rededor de media noche y apenas eras las nueve y media. Asomo su cabeza por una de las ventanas de la sala y no podia creer quien era.

Connor Brashier y un par de bolsas en sus manos. La chica se echó al piso pero era demasiado tarde el chico ya la había visto.

"¡Danna sé que estás ahí!" Golpeo la ventana.

"¡Miau!" Maulló falsamente contra el piso.

"¡Se que Noah es alérgico a los gatos!"

"¡Claro que no justo ahora esta durmiendo con el señor Bigotes... Oh no!" Golpeo su frente con su propia mano. "Que estúpida." Susurro para si misma.

"¡Abre la puerta Danna!"

"i¿Que quieres?!" Gritó sobre el piso.

"¡Hablar un rato!"

"No tenemos nada de que hablar."

"Tengo un problema.. Un grave problema."

"No existe la cura de la estupidez, supéralo y sigue adelante." Connor rió entre dientes.

"Es una lastima tenía esperanza de salvar a Shawn... Vamos Danna abre la puerta y hablemos como gente decente."

"No puedo dejar entrar extraños en la casa, regla número uno del manual de niñeras." Empezó a gatear hacia la puerta. Sintiéndose estúpida el ni siquiera podía verla dentro de la casa.

"No soy un extraño y tengo comida ¿me dejas pasar?"

"¡Vete connor, solo vete!" Gritó cansada.

Connor suspiro y recordó las palabras del señor Meyer: Solo insiste tres veces y ella dice no, deja de ser un alfiler en el culo, chico.

"¡Voy a dejar la comida acá afuera" Gritó.

Connor dejo las cosas sobre el tapete de la entrada y acaricio la puerta con la intención de volver a golpearla pero no lo hizo.

"Tal vez mañana." Susurro.

Después de contar hasta cien pegada a la puerta la abrió, encontró la bolsa de comida y un girasol, su flor favorita. El fantasma de una sonrisa apareció en su rostro y deseo que fuera un regalo genuino, no una táctica para poder dormir con ella y con todo el pesar del mundo tiro todo a la basura. 

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Que triste las intenciones de connor, ¿Creen que cambie? :c

Hablando de otras cosas la siguiente semana no podré actualizar así que espero que hayan disfrutado este pequeño maratón. 

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