22. ¿Lo intentarias?

117 12 0
                                    

3/5

Emma llego al departamento de Ashton, vivía en una zona marginada de la ciudad donde las rentas eran muy bajas pero carecían de muchos servicios sin contar que era un lugar bastante pequeño, de una sola habitación y un baño. Ashton era un chico huérfano de padre estadounidense y madre cubana ambos fallecieron un accidente automovilístico en Nueva Orleans la cuidad donde el nació.

Sin ningún otro pariente dispuesto a hacerse cargo del menor de siete años el gobierno se hizo cargo de el buscándole un hogar con familias dispuestas a cuidarlo. Ashton creció como un chico problemático que vivido mucho tiempo con el rechazo, escapó de su ultimo hogar de acogida cuando cumplió diecisiete y por cosas del destino termino Charleston, tratando de empezar una buena vida pero eso no duro mucho, la vida y las malas influencias lo orillaron ha ser un delincuente y después por gusto propio se quedo con la vida fácil.

Emma entro al pequeño departamento encontró a Ashton sobre el sillón marrón mirando la televisión.

"¿De donde salio esa televisión?" Emma sabia la respuesta pero quería escucharlo de su boca.

"La encontré." Dijo sin quitar la vista a la pantalla.

"Encontraste una televisión ¿enserio? ¿En él mismo lugar que el Mercedes de hace un año? ¿En el mismo lugar donde regalaban relojes como el que llevas puesto?" Señalo su muñeca decorada con un brillante reloj.

"¿Quieres relajarte por un momento? Solo disfruta la jodida televisión, ni en tu casa tienen una así. Por favor castaña, mira lo que Tommy y Carlitos hacen perdidos en la jugueteria."Rió mientras miraba de nuevo sus dibujos animados.

"¿Relajarme? Sabes métete al jodido de Tommy y Carlitos por el culo." Gruño haciendo que el moreno girara una vez mas hacia ella sin ningún gesto de diversión en su rostro.

"Esa boquita... Es sucia." Gruño con molestia.

"Igual que tus manos de delincuente." Gruño de vuelta. El suspiro pero sonó mas a un jadeo de molestia.

"Odio que me llames así, ni siquiera estaba dentro de la casa, estaba en un camión solo y abandonada y me dijo Ash ;Oye Ash llévame contigo!" Intento bromear pero Emma no tenía ni la mínima intención de reír.

"¡Por zeus Ashton tu prometiste que dejarías de robar!" Gruño mientras caminaba a la habitación. "¿Quieres volver a la jodida prisión? ¿Quieres volver a usar tu jodido trajesito café y estar todo el día viendo cuatro paredes?" Emma camino hacia la habitación.

"Castaña ¡hey castaña escúchame! Por favor " Emma cerro la puerta en sus
narices.

Ashton paso varias veces sus manos por su oscuro cabello, le había prometido a Emma que dejaría de robar y que nunca más volvería a la prisión, que nunca la dejaría sola otra vez. Pero era difícil, Emma había tenido todo en la vida, sabia que Ashton creció sin nada y sabía que ella  jamás lo entendería.

"Emma, no puedo cambiar lo que soy y lo sabes."

"Podrías hacerlo por mi si yo fuera importante para ti." Frunció el ceño. "¡Al menos intentarlo idiota!"

"Toda mi vida he echo esto Emma, tu lo sabias cuando me conociste... Tu me aceptaste así. ¿Que esperas de mi? Me conociste robandole a tus vecinos. ¿Que esperabas un jodido abogado cariño? Esto es lo que soy, si quieres arrancar el problema de raíz, también arrancarías parte de lo que soy."

No podía negar eso, cuando ella solo la sombra y su único a amigo Sebastian empezó a ignorar su existencia por su  hermana, Ashton fue como tomar un trago de agua fresca. El era divertido, era mayor y la adrenalina que sentía cuando estaba con el era una sensación única.

VERANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora