Secuelas (Saint Seiya)

Capítulo 4. Una asediadora

Saori no permitió que los celos nublaran su juicio, ella era mucho mejor que eso y después de todo, ella hubiera reaccionado igual con Julian hasta apenas ayer, tenía que seguir a Seiya, de otro modo tardaría mucho en encontrarlo. Caminaba detrás de ellos a una distancia prudente aunque si Seiya hubiera puesto la más mínima atención se hubiera dado cuenta de que Saori no sabía ser discreta. Saliendo del aeropuerto los enamorados tomaron un taxi, así que Saori hizo lo propio tomando el taxi trasero.

—¡Hola! Necesito que siga a ese taxi —Le dijo Saori en el tono más tranquilo que encontró.

—Me temo que no puedo hacerlo señorita, va contra las reglas, es por motivos de seguridad.—Le contesto impaciente el conductor.

—Señor, esto es muy serio, se lo ruego, le daré el doble de la tarifa habitual — y añadió—. ¡Esto es de vida o muerte!

El conductor la observó y pensó que la chica no representaba un peligro del cual el debiera preocuparse, seguramente era un capricho amoroso o cualquier cosa sin importancia así que después de un suspiro de indiferencia siguió al taxi de Seiya. Anduvieron por aproximadamente 25 minutos hasta llegar a una zona con casas sumamente bonitas, con diseños que iban desde lujos caprichosos hasta los diseños más simples y minimalistas, Saori le pago un abusivo precio al taxista y salió del automóvil para esconderse detrás de un árbol cerca de la que supuso que era la casa de Seiya. Estando ahí, observó la casa de su caballero, esta tenia un diseño sobrio y elegante, era de 2 pisos, de color blanco con grandes ventanales, la puerta de color café claro daba a un enorme jardín metódicamente arreglado. Saori miraba de lejos cómo la pareja estaba conversando afuera de la casa, parecía que Seiya le daba buenas noticias a Miho porque ella salto eufórica a los brazos del chico.

Saori sintió la necesidad de salir corriendo inmediatamente de ese lugar, sin duda alguna Seiya era feliz, tenía aparentemente todo lo que quería, un trabajo normal, una vida normal y una pareja normal, no tenía que pelear con nadie ni derramar sangre por nadie, el estaba muy contento. Entonces vió como ambos estaban caminando hacia la puerta y fue cuando Saori decidió impedir que se metieran a la casa, fue un impulso que no le permitió pensar en lo terriblemente inapropiado que seria que llegara a esa casa desconocida sin avisar, luciendo sucia y desarreglada, buscando a Seiya y sin siquiera tener una idea de como despertarlo.

—¡Hola, buenas noches! —Dijo para romper la mirada entre ambos—. Disculpen, estoy perdida, vine a visitar a un querido amigo y me perdí en el camino. Quisiera saber si pueden ayudarme a encontrar en donde pasar la noche para continuar en la mañana con mi... búsqueda—Sonrió nerviosa ante tan torpe excusa.

—Hola ¿Que tal?, hay un hotel a pocas calles de aquí, te acompañare porque es tarde y no deberías estar tú sola y menos si no conoces la zona ni a nadie— le dijo Seiya en un tono amable y preocupado.

¡Bingo! Pensó Saori, podría hablar con él a solas y convencerlo de unirse a ella para buscar a los otros caballeros, aunque no recordara nada, si estaba de su lado todo sería más fácil. Miho, como era obvio, no se creería la excusa barata de Saori, así que frunció el ceño y le dijo a Seiya—Será mejor que llamemos a su amigo para que venga él mismo a recogerla aquí.

—Lo siento, no se cuál es su número, en realidad perdimos el contacto por un tiempo, pero me dijeron que él me necesita con urgencia y por eso estoy aquí, buscándolo, así que necesito la ayuda de este caballero—. Contesto mezquina y rápidamente Saori señalando a Seiya con la mirada, sabiendo que había cometido un error al dar ese pretexto tan fácil de refutar, pero, la decidida joven no perdería esta oportunidad de oro.

Seiya se acercó a la salida del jardín y ante tal gesto Miho se enfureció, lo tomo del brazo y vió a Saori con una mirada fría y que indicaba que estaba dispuesta a golpearla, el chico se enterneció al darse cuenta de que su querida novia estuviera celosa por primera vez.