EL ETERNO CARRUSEL DE FANTASÍAS Y SUEÑOS [SUPERCORP]

UN CORTO VISTAZO AL PASADO

¿Qué haces aquí? Es muy tarde, deberías de estar en casa, tú madre estará preocupada

Aún seguía apoyándome en el libro, en cuento intente erguirme en la silla me dolió la espalda seguro que he permanecido en esta posición por varias horas, parpadee varias veces para acomodarme a la luz de la sala, entonces observé a quien me había tocado el hombro, en cuanto trate de enfocarme en él, la luz que pasa a través de la ventana no me permitía ver con claridad de quien se trataba exactamente, el efecto de contraluz generado por los rayos de sol, me dejaba como la única opción el observar una silueta muy oscura, entonces camino hacia la derecha y se sentó en la silla que estaba justo en frente de mí.

En cuanto le vi sonreí sinceramente, se trataba de Walter, él era uno de los encargados de la biblioteca, sus funciones básicamente consistían en regresar los libros que dejaban en las mesas a sus sitios en cada librero, revisar que los elementos como computadoras, televisores, tableros inteligentes funcionaran correctamente y como no, también debía de supervisar que los visitantes no se quedaran fuera de las horas permitidas al interior de la biblioteca, extendí mi mano y el la tomo

-Es realmente un gusto verte, walt- Apreté con fuerza su mano por unos segundos y entonces luego la solté. Les mire directamente a los ojos, sabía que estaba conteniendo esa pregunta pues le había pedido que por favor no me preguntara por ella, pues él era consciente de lo mucho que me dolía el no poder decirle todo lo que habíamos vivido. Walter era un anciano, uno de los más viejos de la ciudad además de cuidar la biblioteca esta tenía las llaves del laberinto solo pocas personas tenían acceso a ellas, pues después de que muchos intentaran pasar a través de él y murieran en el intento se llegó a acordar por el consejo y los habitantes que este será aislado de la ciudad y que solo unos cuanto podrían tener las llaves que permitían el acceso este.

Walter era consiente de toda mi historia, es más fue uno de los que me motivo a decirle lo mucho que me gustaba y siempre estuvo dispuesto a cubrirme con cuestiones que el tuviese alcance, empezando por prestarme las llaves del laberinto, de esta manera nuestra relación era completamente real y libre de toda potestad que Cloe pudiese llegar a infligir en nosotros. Para romper el silencio el preguntó:

- ¿La extrañas mucha verdad? - extendió sus brazos a sus lados sobre la mesa mientras me miraba fijamente, yo no pude sostener el contacto visual y agaché la cabeza, respondí:

–Tú más que nadie sabes lo mucho que la amé, lo mucho que la sigo amando eso no va a cambiar así no más, sé que han pasado 7 meses desde lo sucedido pero aun puedo recordar todo lo vivido y no logro aceptar que no pueda tenerla una sola vez más, me duele saber que ella no me recuerda, además hace unos días mientras el festival estuve en el parque y ella me vio-Mi voz se empieza a entrecortar-Pero no había brillo en sus ojos al observaba, no estaba eso que antes tenía ya no había ese fuego en su mirada, solo era una extraña y en ese momento preferiría haber muerto, en vez de recordarlo todo mientras ella no tiene idea alguna de lo que hemos vivido.

Un silencio se apodero de la sala, centre mi atención en una pareja que esta en frente la chica le hablaba mientras él estaba completamente concentrado en lo que le decía tanto así que no se fijó en el mueble de al lado y se tropezó, haciendo caer también la chica con él, los dos se rieron y entonces recordé una experiencia parecida esta con ella:

Daba vueltas en mi cama me costaba dormir, no podía conciliar el sueño en cuanto cerraba los ojos aparecía como un fantasma en mis pensamiento, suspiro profundo y susurro en la soledad de mi habitación

– ¿Cómo es que no puedo dejar de pensar en ti? -una sonrisa se dibuja en mi rostro de lado a lado, me levanto un poco de la cama llevo los brazos hacia atrás y luego junto las manos, finalmente los pongo atrás de mi cabeza me recuesto sobre ellos, miro hacia el techo unos segundos mientras suspiro nuevamente

- ¿Qué me está pasando? - frunzo el ceño, me siento sobre la cama y enciendo la luz, parpadeo para acomodarme a la nueva iluminación, entonces busco la foto que me regalaste te veo y mi corazón empieza a latir más rápido, leo su reverso y por un momento pienso que me va a dar un taque mis latidos son una más rápidos y fuertes, siento náuseas y por un momento un pequeño mareo. El sonido del teléfono me toma por sorpresa me muevo para tomar el teléfono y termino por sentarme justo hasta el borde de la cama, la notificación de llamada es tuya me apresuro a contestar.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Te pasa algo? ¿por qué llamas tan tarde? - mi cara expresa preocupación, entonces pienso "como si pudieras verme"-Perdón si te agobian tantas preguntas pero que te llamen a esta hora rara vez puede ser por buenas noticias-. Entonces se escucha su risa de su parte, nuevamente estoy suspirando y sonriendo como idiota... "me tienes hipnotizada y ni siquiera te tengo en frente, solo con tu voz me haces tanto"

-No podía dormir...-Ella suspira y deseo con todas mis fuerzas que la razón de su insomnio sea yo - Pensaba en ti, necesitaba hablar contigo, necesitaba escuchar tu voz-en ese momento hasta respirar se me olvido, mi corazón parecía querer salirse de mi pecho, empecé a sudar, me temblaban las manos y las náuseas y el mareo regresaron

-Yo...Tam...yo...yo...- Estaba tan desconcertada, sorprendida, no sabía cómo asimilar toda la mezcla de emociones que con esas palabras era capaz de despertar en mí, creo que la palabra para definirme ahora mismo sería "anodada", es tanto así que no me fijé en que estaba a punto de caerme de la cama y como era de esperarse...Segundos después me caí goleándome contra el borde se la mesita de noche, justo en el costado derecho escuche un "crack", el teléfono quedo alejado de mi casi un metro

- ¡Auch!, ¡Demonios! -Intento respirar profundo, pero de duele entonces me intento levantar, pero prefiero quedarme de rodillas- ¡Me lleva la que me trajo ¡-Fue todo lo que pude decir, pues enseguida escuche:

- ¿Estas bien? ¡Heeyy! ¿Qué fue ese ruido? -Decían por el altavoz con evidente tono de preocupación, "esto debe ser una broma" al parecer mágicamente se activó en altavoz, aún seguía en el suelo la verdad es que me estaba doliendo bastante pero no iba a decirle que me caí de la cama, vamos que tengo 19 años y esto no puede ser más vergonzoso, entones hable:

-Si estoy bien solo que...me... bueno...- No sabía que decir, seguido ella respondió entre risas

- ¿Te caíste de la cama? – No dije nada guarde silencio para segundos después escuchar sus carcajadas del otro lado de la línea, mire al techo y suspire para volver a recostarme de espaldas en el suelo, exclame:

- ¿Dios porque no me llevas ya? – Cerré los ojos añorando que el suelo se abra y me trague

-HAHAAHAHAHAHAHA NO ME LO CREO, HAHAHAHA –Toma un tiempo para respira para intentar preguntar con un tono de seriedad

- ¿COMO QUE TE CAISTE? – me empiezo a levantar, realmente me está doliendo, dios no puedo creer que me lastimara así no más, tomo mi teléfono quito el altavoz y digo – es lo que provocas por decirme esas cosas a estar horas de la noche-hice que mi voz sonará un poco más grave y entones dije en un tono seductor- Así que considérese actor intelectual y culpable principal de mi caída señorita-Lo siguiente que se oía en esa habitación era mi era descontrolada que al final tuve que detener porque tocaron la puerta.

- ¿Acaso usted no duerme mija? -grito mi madre enojada-Deje dormir que en esta casa mañana madrugamos a trabajar, usted como esta en vacaciones se levanta a medio día, pero nosotros no-Seguido de esto un portazo y el sonido de los pasos de mi madre caminando de regreso a su habitación es todo lo que se puede escuchar, hasta que la risa me ataco a mí y a ella pues podía escucharla a través del teléfono

-Deberías descansar, no quiero que tu madre se enoje contigo por mi culpa, te veo mañana en el colegio-sonrió y ni siquiera sé porque lo estoy haciendo-Un abracito, te quiero-un suspiro de su parte acelera los latidos de mi corazón. -También te quiero- me recosté en la cama, -que sepas me duele el costado, pero valió la pena el golpe y el regaño solo por hablan contigo mujer, todo lo vale si es contigo- colgué la llamada y deje el teléfono en la mesa de noche, cerré los ojos y me dispuse a dormir con una sonrisa que nadie podía quitarme