IRREVERENTE

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Es una de esas noches frías como las de unos años atrás, la sala se ve igual, pero no lo está, en mi cabeza pareciera que todo está en su lugar menos yo, las cosas pasan tan rápido, la ciudad ha crecido y su ruido es cambiante, pero hermoso, me he enamorado, del recuerdo y de lo nuevo, hablo del cambio como si yo no lo hubiera vivido también, dentro y fuera de mi.
La luz ámbar de afuera se ve igual desde otro sofá, en donde estuvo el anterior. Esta noche mi corazón palpita rápido, pareciera que una vez más tiene 16... 17... 18, se siente inmaduro, infantil, siente la necesidad de buscar, de encontrar, me siento universitaria, con los ojos dilatados y la mente en el espacio, con la piel erizada y el estómago vibrando, solo quiero volver en el tiempo, quiero ser libre a mi ausente manera, quiero  sentir que nada es seguro y todo es incierto, que los hombres allá afuera son infinitos y que aún no te he encontrado, que aún no te he amado, que no nos hemos mirado por primera vez, que aún esperas por mi en algún rincón de esta ciudad y que las únicas luces que quiero ver son las que brillas afuera en la avenida principal, pero te amo.

Quiero sentir nervios en las manos y nudos en la garganta, quiero recordar como era vivir sin ti, sin saber que existías, sin pensarte a cada momento, quiero volver a ser aquella chica con el cabello obscuro y el delineador negro en los párpados, solo una noche, tan solo unas horas, y es que probable que aquella chica es quien escribe estas palabras, solo ella pudiera haberlo hecho tan deliciosamente perfecto, rota, perdida en lo que sería el principio de su actual camino, con las lagrimas escondidas y la sonrisa en sus heladas mejillas, atrevida, imprudente, salvaje, libre (no es que ahora no lo sea) pero es que antes lo era y no lo sabía.

Hago pausas, me revuelvo el cabello, miro por la ventana, tal vez te vea pasar caminando, tal vez te vea salir a escondidas y escapar de lo que creías era una caja de cristal, mírate ahora, de nuevo en ella, por voluntad, quizá ambas hemos entendido que no es una caja, es una puerta y siempre todo el tiempo pudimos haberla abierto, quizá vives dentro de mi y trate de olvidarlo y fingir que simplemente te fuiste y jamás volviste, pero aquí estás, de nuevo a flor, más vivía que nunca y más despierta que siempre utilizando mis dedos y mis manos par pa gritar en silencio lo que hace un tiempo has querido, jugándome sucio, mirando desde mis ojos y deseando con mis labios los ajenos, los que ya no te pertenecen y no puedes tomar, ahora son míos y yo decido a quien se los ofrezco.

Algunas noches la dejo salir, aunque parece en realidad que es ella quien se escapa por la ventana de mi mente y toma mi cuerpo solo un momento, caótica como siempre, indecisa, desean los vicios, descontrolada, ilusa creyendo que los cigarrillos le sabrán como la última vez que los tuvimos en la boca, lo fuma, se ahoga, tose, mareada y con la mirada perdida baila toda la noche sin parar, melancólica por que sabe que ha crecido, que hemos crecido, o al menos yo lo he hecho y ella no, ahora nos extraña juntas, piensa que la he abandonado pero no es verdad, aquí sigo, solo que ahora soy mayor, que cliché. Se tambalea por la pista de el lugar que alguna vez la vio vibrar, ahora con otro nombre, al rededor otros fantasmas bailan dentro de cuerpos que no les pertenecen más, recuerdos y canciones giran a su alrededor.

Incluso este texto has tomado, letras, pensamientos que empezaron siendo míos y de pronto arrebatas con violencia de mi cabeza, lucha interna, diálogo, como quieras llamarlo, ahí está latiendo. Así que aquí mis palabras honestas para ti:
      Te amo, te extraño, te honro y te abrazo, eres mía, y yo tuya, somos nuestras, somos una, puras, frágiles, pero fuertes, decididas, apasionadas y profundas, pecadoras, con deseo y lujuria, con libertad, infinitas, entrelazadas y hermosas, i feel you, respirando, habitándome, sigues viva y estás en mi, a veces dormida y otras más despierta que nunca, con decisiones imprudentes que a pesar de observar, he decidió no frenar, por que se que el camino es largo y nos espera para caminarlo de la mano, queda claro que viviremos juntas toda la vida, y es válido cometer errores querida mía, aún somos inmaduras aunque creas que yo ya no, la realidad es que no soy tan distinta de como me recuerdas, misma esencia.
Como faces lunares, cambiantes, irreverentes.

Del rincón de mis pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora