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Pastel de despedida

Si hace unos cuantos años a JiHoon y a SeungCheol les hubiesen dicho que vivirían juntos como una pareja y estarían esperando un hijo no lo hubieran creído, habrían tachado de loco a quien se lo hubiese dicho y ni siquiera Cheol con su arrolladora confianza habría apostado que así sería. Ahora mirando al pasado se daban cuenta de lo increíble de la situación para ellos dos.

Las mañanas se habían convertido en una de esas rutinas que jamás habían pensado tener ni en mil años, pues mientras preparaban todo para su partida los chicos continuaban prolongando su idilio de amor en el pequeño departamento, las cajas amontonadas en las esquinas llenas de sus cosas menos esenciales eran testigos de como Cheol se levantaba muy temprano en la mañana para prepararle el desayuno a JiHoon.

Habían aprendido que entre más rápido en la mañana comiera eran menos las nauseas que sentía el de pequeños ojos y SeungCheol sabiendo que era lo único que podía hacer no dudaba en lo más mínimo ponerse a cocinar antes que él despertara.

Al terminar con la comida lavaban los platos y comenzaban a prepararse para una jornada laboral que ya estaba fuera de lo común desde el momento en que aceptaron volver a Seúl con el padre de JiHoon. Cheol debía dejar en orden el cargo, listo para que SeungKwan empezará apenas él se marchara (si es que aceptaba) y JiHoon debía dejar al día la contabilidad para el nuevo empleado que lo reemplazaría.

Al menos estaba feliz de que su ropa de trabajo aún le quedara, era una suerte además que su estomago aún no se notara, apenas y tenía tres meses, pero ni siquiera se veía como si hubiera comido mucho, así que tenía tiempo de sobra para dejar todo en orden antes de retirarse de su trabajo, al menos por un tiempo.

-Mira esto, es horrible -se quejó el pequeño mientras miraba su reflejo en el espejo.

-¿Qué cosa? -preguntó el mayor mientras asomaba su cabeza por la puerta del baño y veía a su novio mirándose en el espejo que tenían en una esquina de la habitación que compartían.

-¡Esto! -gritó señalando su cabeza- Mira mi cabello, es un desastre. Hace tres meses que no lo arreglo, por suerte pensé que no habría nada de malo hace meses dejarlo de teñir por un tiempo (y que bueno, porque no tenía idea que estaba embarazado y eso le habría hecho daño al bebé), pero esto ya es demasiado -SeungCheol solo escuchaba las palabras de su novio mientras reía un poco por lo bajo y negando con la cabeza salió del baño con el torso descubierto y una toalla cubriendo su cintura.

Lentamente se acercó a él abrazándolo por la espalda y comenzando a llenar de besos su cuello. JiHoon por su parte se dejó hacer entre los brazos del mayor, desde el día en que le contó a su novio que estaban esperando un hijo no paraba de sonreír de esa manera estúpida, se sentía en las nubes y no deseaba cambiarlo por nada del mundo.

-No digas tonterías, estás precioso, jamás te había visto más radiante -comentó apretándolo un poco más entre sus brazos-, es solo cuestión de un corte de cabello y estarás perfecto.

-¿Tú crees?

-Estoy seguro -afirmó dejando un último beso en la cabeza del menor antes de alejarse-. Bien, me vestiré o llegaremos tarde al traba...

Sus palabras no terminaron se ser dichas pues el impacto de la toalla siendo arrancada se su cintura fue una buena razón para distraerle y al dar la vuelta un poco para ver a su novio se encontró con una mirada en él que jamás había visto.

Se acababa de convertir en su presa, y JiHoon era el animal hambriento que lo acababa de acorralar y dejar expuesto, por un momento un escalofrío lo recorrió, pero fueron escasos los segundos que tuvo para reaccionar, pues fue esa misma cantidad de tiempo la que tuvo JiHoon para acercarse a él como animal que juega con su presa antes de devorarla.

Falling in love - JiCheol [LEMON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora