IV. El Demonio Dorado. [Parte II]

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—Mi nombre es Khada Jhin...Es todo un placer conocerlo— dijo mientras con su único ojo observaba al chico desde los pies hasta la cabeza.

—Soy Rakan. Bailarín de batalla de la tribu Lhotlan. El príncipe de la oscuridad. Soy la danza de la luna de medianoche. Soy el emperador de...— su presentación fue interrumpida por una pequeña risa del hombre.

—¿Por qué la risa?— preguntó mirándolo confundido.

—Rakan...Es adorable que...La obra de los de tu tipo no esté—rió —Condicionada por el buen gusto— soltó una carcajada.

"Engreído con capa" pensó el Vastaya rodando los ojos al escuchar al hombre, debía de aguantar una que otra crítica si deseaba tenerlo como aliado.

—¿Cuándo será tu próxima presentación?—preguntó Jhin.

Rakan bajó un poco sus orejas a lo que respondió —Honestamente no lo se...Hacía mis presentaciones en las tabernas y festivales.

—¿Tabernas? ¿Cómo puedes ser presentarte en un lugar asqueroso y desagradable?

—¿Qué tiene de malo? Muchos vienen a verme.

—Puede que las multitudes te aclamen, pero es mejor calidad que la cantidad. Calidad antes que cantidad.

Rakan se echó de hombros hacia atras, estaba a punto de hablar, no dejaría que alguien "fino" se burlara de sus presentaciones seguido, pero, un pequeño libro apareció.

—¡Jhin!— gritó emocionada una pequeña gata que saltaba desde del libro hasta los brazos de él.

El artista comenzó a rascar con suavidad la cabeza peluda de la minina. —¡Yuumi! ¿Sigues buscando a tu dueña?

 —¡Yuumi! ¿Sigues buscando a tu dueña?

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—Si...Pero quería verte, extraño cuando tocas el piano— dijo con un tierno maullido haciendo que el artista riera —Además quería ver si tenías pescado o...— alzó sus orejitas y sus pupilas se dilataron al ver al joven emplumado.

—¡El hombre pájaro ya llegó!— volvió a gritar vinculándose a Rakan para apegarse frotando su cabecita en la mejilla de él. —¿Puedes tocar una canción mientras tomo una siesta?— preguntó Yummi mientras que sus ronroneos ocasionaban que el Vastaya suspirara de ternura.

—Por supuesto.

El Vastaya vió que en el piano ya no se encontraba el cuerpo del chico...Eso es raro. Conforme pasaba el tiempo, después de aquella dulce canción, Yuumi con un bostezo se retiró...No sin antes dejar una bola de pelos.

—Entonces,¿Es cierto lo que dicen de ti?

—Depende que es lo que hayan dicho.

—¿Destruir galaxias?

Jhin miró al chico al oír como hablaban de su arte de forma vulgar —"Destruir galaxias" es una interpretación ordinaria...Yo pinto sobre el lienzo de la eternidad.

Un Millón de Estrellas (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora