Me mentiste. Me engañaste. Todas tus promesas las mandaste a la mierda. Y lo hiciste otra vez. Y esta vez no tenías excusa. Esta vez no había razón.
Esta vez sólo llegaste y me golpeaste.
Gritaste que era una puta mientras me golpeabas.
Que yo tenía la culpa de todos mis problemas.
Que era mi culpa que los estúpidos de tus amigos me desearan.
Que yo los provocaba con la ropa que me ponía.
Y yo creí todas tus mentiras.
Te las creí todas.