Todo estuvo bien un par de semanas. Eras el de antes. Eras el chico ese del que me enamoré y entonces algo me dijo que podíamos ser felices otra vez.
Un día llegaste a casa cabreado. Y me golpeaste sin razón.
Y luego ocurrió lo peor.
Te pedí. No, te inplore que te detuvieras, que me lastimabas.
Tus manos tocaban mi cuerpo con agresividad mientras susurrabas cosas estúpidas en mi oído. Y yo solo lloraba. Le pedía a Dios que me sacará de ahí . Pero nada podía detenerte.
Y entonces paso.
Perdí el conocimiento con uno de tus golpes y cuando desperté mi cuerpo dolía como nunca. Y lo entendí. Habías abusado de mi. Habías destruido mi alma.
Te odiaba en ese momento, porque sabía que nunca más volvería a ser yo. La chica que se enamoró de ti.