Parte 4\¿Se puede vivir sin vida?

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Claro que lo entiendo. Lo entiendo perfectamente. Pero pensé que quizá si le decía que no se quedaría. He sido estúpida. Y ahora se ha ido. Pero es lo que él quiere, ¿no? Yo no soy nadie para impedírselo. ¿Entonces por qué me siento tan mal conmigo misma? En un intento desesperado de pedirle que vuelva le llamo al móvil. Apagado.

En ese momento me doy cuenta de que aprieto algo en un puño. Recuerdo ligeramente que Daniel me lo puso en la mano antes de que irse. Dejo de hacer fuerza y lo examino. Un papel arrugado. Lo estiro y veo en él un número impreso en grande. 026. ¿Qué significa esto? Lo giro y las lágrimas vuelven a mis ojos.

"Elia, lo siento tener que irme así. Si por mí fuera no me iría de tu lado... nunca. Pero tengo que irme por ahora. ¿Esperarás a que vuelva? Espero que sí. Eres la mejor de todas, siempre lo has sido. Me han quitado el móvil, pero tengo uno nuevo. Te dejo mi número. ¿Me llamarás? Necesito tanto hablar contigo... Te quiero, Elia. Nos veremos pronto."

Bajo la nota aparece escrito un número de teléfono. Me tiemblan las manos mientras sujeto el papel. Me muero de ganas de llamarle. ¿Pero para qué? Ha dejado muy claro que se iba. No hay nada más que hablar... ¿verdad?

Arrugo el papel otra vez y le guardo en el bolsillo. Deshago el camino de vuelta a casa. La gente que estaba agrupada frente a su casa va desapareciendo poco a poco al ver que el coche en el que se ha ido no vuelve. Me voy corriendo antes de que algún conocido me vea y me relacione con él. Porque siempre vamos juntos por la calle, todo el mundo sabe que somos amigos desde siempre y seguramente me harían preguntas sobre Dan, sobre su talento oculto y sobre las razones de su marcha, y lo que más me dolería es que no sabría responderlas.

Ha pasado una semana desde que se fue y aún no ha vuelto. Tampoco le he llamado. Todos los días, al llegar a casa del instituto, me encierro en mi habitación y dedico varios minutos a mirar todas nuestras fotos que tengo en la corchera y en el ordenador. Yo quería que esas fotos fueran simplemente eso, fotos, momentos que pasamos juntos y que sentimos la necesidad de inmortalizar sin ninguna razón aparente. Pero esas fotos ahora sólo sirven para acordarme de él y sobretodo de que no está aquí. Últimamente le veo en todos los canales de televisión; le anuncian como "la nueva estrella de la música" aunque aún no se ha hecho público ningún vídeo de Dan cantando. Y por mucho que insisten los presentadores, su representante se niega a que cantes en ningún programa. Es como si quisieran guardarle y no dejar que utilice su voz, como si fuera un instrumento de cristal que la libertad pudiera corromper; o quizá tengan miedo de que la gente se dé cuenta que no es tan bueno como presumen. Yo sé que es incluso mejor de lo que dicen. Lo sé porque le conozco como nadie. O creía conocerle, porque hasta hace una semana estaba segura de que nunca me abandonaría. Ahora ya no estoy segura de nada.

Ya estoy acostumbrada a que la gente me pregunte por él. Lo único que puedo hacer es sonreír de la forma que más me duele y decirles que está cumpliendo su sueño. No quiero hablar de Dan con la gente porque eso me hace recordarle. Aunque en realidad no puedo olvidarle ni un segundo del día.


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