O3. Finca Insecto.

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La reunión era aburrida, como todas las de los pilares. Solo seguí a mis hermanas estando al lado de mi padre, frente a los pilares arrodillados.

Un chico callado en la esquina llamó mi atención ... de alguna u otra forma mis ojos se iluminaron al verlo. Su cabello era color negro y largo. Lucia muy serio, lo que le daba un toque misterioso. Parecía ser unos pocos años mayor a mi.

La reunión continuó y yo me limité a no decir ninguna palabra.

Los mejores espadachines de la generación estaban delante de mí. ¿Qué se supone que deba decir?

A algunos de los pilares les resultaba incómodo acceder a mi entrenamiento, sobretodo porque ni siquiera había pasado por la selección. La cual desde chica veía como pocos sobrevivían...

Pero tenía fe en mí misma, sabía que yo tenía un potencial que no muchos veían.

Un tiempo después.

Mi entrenamiento había comenzado hace meses, con la pilar de insecto... ella estuvo encantada de acceder. Eran simples juegos hasta encontrar una respiración de mi agrado...

—Debes concentrarte Zaneri, tus niveles de poderes son débiles debido a eso. Tu mente esta en otro lado. —Explicó tranquila.

—Es difícil concentrarme cuando no tengo una respiración específica.—Decía mientras huía de Kanao, siendo parte del juego.

—Es por eso que aún no iniciamos con la espada.—Respondió. —No se como pasaste el entrenamiento de Uzui...

—Pues... a decir verdad era muy incómodo con sus tres esposas pendiente a todo... además no lo terminé. El tuvo que ir a una misión y dijo que era muy peligroso llevarme. Culminamos que en definitiva, su aliento no era lo mío.

Kanao tocó mi mano en señal de que había perdido.

—Distraída, de nuevo.— Se quejó Kochou.

—Vale ya, que igual estos juegos no me ayudarán a matar demonios...

—Pues, mañana iniciamos con la espada. Continuarás con el entrenamiento de juegos, todo en uno. —Diría con firmeza.

—Hai.–Se retiró.

Estuve un rato charlando con las niñas de la finca, era lo mejor que se me daba. Me encantaba como me aconsejaban cada una y el brillo de admiración que veía en su rostro. Sus ocurrencias eran las mejores, ademas de ser muy simpáticas.

Al terminar, me dirigí a la habitación asignada. Suspiré con cansancio mirando al techo, mi mente era un torbellino que no podía calla. Sabía como máximo una postura de agua, pero, me era difícil poder concentrarme en su aliento... no era lo mío.

Por el sonido, sabía que había alguien en la entrada de la habitación, es entonces que abrí mis ojos para lograr ver a aquella chica de ojos violetas.

La misma había lanzado una moneda y la tomó en sus manos. Siempre hacia eso pero no entendía porque.

—¿Eh?—Me pregunté confundida. Ella se acercó tranquilamente.

—Sabes... elige la respiración que sea más cómoda... después hazla para todo... así te irá más fácil y tu entrenamiento seguirá hasta para tu diario vivir.—Diría ella en forma amable. Casi no me dirigía la palabra, pero me resultó dulce que en este momento lo haya hecho.

—Gracias, Kanao.

—Descansa, Zaneri.—Se despediría de mi.

Entonces me levanté de mi cama. En definitiva no iba a descansar hasta lograrlo.

No me gustaba la respiración de insecto... no era lo mío.

Aunque últimamente me gustaba ver como Kochou-Sama preparaba sus venenos, es tan ingeniosa... pero aún así... no me sentía cómoda, como que no era para mi.

Frente a un espejo, me senté.

Cerré mis ojos para concentrarme en la respiración. Necesitaba expandir mi mente. Tener todo claro...

¿Qué me atraía más?

Imágenes de mi familia inundaban mi cabeza, era doloroso pero a la vez sanador aquellos recuerdos.

Esa cabaña donde crecí en lo alto de la montaña , era común ver la nieve en todo el año, sentir el frío recorrer tu cuerpo por el día... esas imágenes en mi mente era como revivir todo lo que había sido.

—Aliento ...

En el mismo mundo. (KNY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora