IX

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Era temprano en la mañana cuando Chaeyoung despertó al sentir un fuerte agarre en su cintura. Había intentando moverse un poco para salir de la cama, pero el brazo de alguien más se lo impidió atrayendola a su cuerpo. En el momento se asustó, realmente se asustó, ese alguien desconocido había colocado su cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro, como si el aroma de la coreana le relajara. Sintió pánico por unos segundos al no comprender que ocurría. Pero ahora que se servía algo de jugo y veía a Mina llevando los platos con los panqueques que iban a comer se sentía una estúpida. Sólo a ella se le olvidaba que había estado durmiendo con otra persona.

La japonesa descubrió que la estaba mirando por lo que soltó una pequeña risa. La menor sintió que le daba un infarto. Caminó hasta el comedor para dejar su vaso sobre la mesa, hubiera llevado uno para la otra muchacha pero esta sólo quería comer. Los panqueques estaban deliciosos, Chaeyoung agradecía la buena mano que tenía la extranjera para la cocina. Si no fuera por ella debería habee comido cualquier cosa que encontrara en la nevera.

-- ¿Por qué me miras tanto?-- preguntó de pronto la mayor con un leve rubor sobre sus mejillas.

-- Yo no... No estaba-- la menor se sentía nerviosa, no se había dado cuenta de que estaba mirando a su contraria. Además ese rubor que notó en la otra la había desconcertado.

-- Sí lo hacías-- Mina apuntó a Chaeyoung con su tenedor-- Tus ojos estaban fijos en mí. Me pusieron nerviosa.

Hubo un leve silencio, hasta que la japonesa le pidió a su menor que ya no la mirara de esa forma. Chaeyoung asintió al pedido, aunque no podía dejar de ver el rostro de Mina. Le parecía tan lindo. Sobre todo ahora que estaba sonrojado, aunque fuera mínimamente. Realmente Mina era una chica muy bonita, nadie que la viera podía seguir con su vida así como así. Seguramente todo el mundo caía a los pies de la muchacha como lo hacían los copos de nieve en el invierno.

Tuvo que lamer sus labios. De un momento a otro se sentían secos, como si les faltara algo. Miró los labios ajenos, eran igual de perfectos que la persona a la cual pertenecían. Desvió la vista cuando la extranjera se giró para decirle algo, por inercia llevó un gran pedazo de panqueque a su boca, cosa que sólo provocó que se ahogara y que tuviera que golpear su pecho varias veces para intentar hacer bajar el pedazo de comida.

Mina la ayudo sobando su espalda, además de acercarle el vaso con jugo rápidamente. Bebió un poco, la contraria aun mantenía su mano en su espalda. Cuando ya se encontró mejor tosió para después confirmarle a su amiga, que era más como una novia, que se encontraba bien. La japonesa la regaño por ser un poco cerda, ya que si no fuera por eso no se habría ahogado con comida. Chaeyoung bajó la vista, ni de chiste iba a decir que se ahogó porque no quería que la otra se diera cuenta de que la estaba mirando.

Tomó jugo nuevamente. Un gran sonrojo cubría sus mejillas. Si la mayor no fuera tan bonita no se habría distraido. O tal vez sí, porque no era la belleza de Mina lo que hacía que no dejara de verla. Era ella. El simple hecho de aue estuviera comiendo junto a ella hacía que se distrajera y que no pudiera dejar de verla. Le ponía los pelos de punta el saber que estaba esa mujer a su lado, saber que con tan sólo estirar su mano podría tocar el rostro de la japonesa. Era demasiado para su persona.

-- ¿Puedo besarte?-- susurró mirando los labios ajenos. Sintiendo que su rostro era el infierno mismo por lo caliente que se sentía.

-- ¿Eh?

-- Mina...-- rascó su nuca con nerviosismo-- Yo, quiero besarte.

-- Oh está bien-- la japonesa se acercó a su menor dispuesta a darle un beso, pero esta puso sus manos sobre los hombros de la otra deteniendola.

-- Ahm... Mina-- bajó la vista, no quería ponerse nerviosa-- Yo quiero que nos besemos.

-- ¿Y entonces por qué me detuviste?-- preguntó levantado una ceja la muchacha-- Iba a besarte justo ahora.

-- Porque yo, yo quiero ser quien inicie el beso-- la coreana apretó un poco los hombrso de su contraria, tal vez debía guardar silencio.

-- Vaya Chaengie-- se escuchó una risa por parte de la mayor-- ¿Eso significa que han florecido más lirios en el jardín?

-- T-Tal vez-- respondió casi sin voz.

-- Bien, eso... Eso me gusta.

-- ¿De verdad?-- dijo mirando a su mayor.

-- De verdad-- respondió esta con una ligera sonrisa-- Me gusta saber que no soy la única que quiere que cosas como esa ocurran-- su voz era suave y una de sus manos acariciaba la mejilla de su contraria.

-- Oh entonces-- la chica se aclaró la garganta-- ¿Entonces yo puedo besarte?-- la japonesa asintió sin mirar a la más baja. El rubor volvió a su rostro y eso le pareció demasiado tierno a la otra chica.

Chaeyoung se acomodó en su asiento, estaba nerviosa pero al menos su hipo no había hecho aparición. Iba a ser la primera vez que ella iniciaba un beso con Mina. Se acercó a los belfos ajenos sintiendo como sus manos temblaban, miró a la extranjera un segundo. Se veía tranquila si la comparaba con su persona. Podía ver que no le ponía nerviosa el saber que estaba a punto de besar a otra persona.

Eso la hizo sentir algo patética. Ella estaba prácticamente temblando por ser quien comenzara la acción. Respiró profundamente, nunca había besado a Mina y todo lo que hiciera iba a ser nuevo para ella. Porque, a pesar de que antes se haya besado con la japonesa, ella nunca fue la que empezó. Tragó saliva, ya ni siquiera sabía porqué le había hecho ese tipo de petición a su mayor si sabía que iba a estar demasiado avergonzada.

Mina soltó una pequeña risa, la menor se veía como un pequeño gatito el cual intenta dar amor por primera vez. Chaeyoung la miró extrañada, no sabía de que se estaba riendo, aunqie se hacía la idea de que se reía de ella.

-- Eres muy tierna Chaeyoungie-- dijo la más alta para luego besar de manera rápida a su menor.

-- ¡M-Mina!-- se quejó la chica-- Te dije que yo quería besarte.

-- Lo sé, lo sé-- volvió a reír-- Pero si tú no lo haces lo debo hacer yo.

Chaeyoung bajó la mirada. Tal vez Mina pensaba que no podía besarla y en cierta parte era cierto. Pero ella quería hacerlo. Quería ser quien iniciara el beso. Respiro profundamente diciéndole una vez más a la chica que ella iba a ser quien la besara.

Mina cerró los ojos, además de gemir levemente cuando Chaeyoung agarró el polo de la camiseta que estaba usando y la besó de manera algo brusca. Eso le sorprendió, no esperaba que su menor hiciera algo como eso, es más, no esperaba que realmente pudiera iniciar el beso.

Cuando se separaron sonrió e inmediatamente besó a Chaeyoung. No le importaba que su desayuno se viera interrumpido, o que después la menor le regañara por ser algo efusiva. Sólo necesitaba de esos labios que tenían sabor fresa. Y al parecer, Chaeyoung sólo necesitaba darle un beso a Mina. Nada más, para caer rendida a los pies de la japonesa.

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Lili Fever [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora