Mi Secreto (Corregido)

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Ni los fuertes rayos de sol que se colaban por la fina cortina de su habitacion, dandole directamente en los ojos, era capaz de animarla a levantarse.

Acostada sobre mi estomago, con mi cabeza apunto de estallar del dolor, y mi cuerpo extremadamente debil, lo ultimo que deseaba era despertar y enfrentar la realidad nuevamente.

Si tan solo se pudiera soñar para siempre.

Me tomo varios minutos aceptar que no podía permanecer en cama todo el día. Mi tiempo se acababa demasiado rapido como para desperdiciarlo entre las sabanas azules de mi enorme y vacía cama... vacía, nuevamente sola, sin rastro de mi esposo por ningun lado.

¿Era así como todo terminaría?, ¿valia tan siquiera la pena intentarlo?... la vida se me escurria de las manos como si de agua se tratase, y mi matrimonio parecía ir por el mismo camino, pero teniendo en cuenta mi situación, ¿a caso era necesario romper mi matrimonio a tan poco tiempo de partir?, quiza era mejor seguir con todo esto y así evitarles a mis hijos mas sufrimiento del necesario.

¿Pero podría yo aguantar todo eso sin derrumbarme ante la falta de amor de mi esposo?, 

Debo intentarlo.

Llenandome de valor, me levante de la cama rechinando mis dientes ante el dolor de mis articulaciones. Tenía algun tiempo sintiendome verdaderamente mal, cansada, sin energia ni para regar mi preciado jardín, era obvio que mi cuerpo me había estado avisando sobre lo que ocurria dentro de mi, lastima que no escuche sus gritos de auxilio.

Sin ganas de nada, arrastre mis pies por el suelo, dirigiendome hacia el baño mientras me desvestía en el camino. Mi hogar nunca me había parecido tan enorme hasta este momento, el camino a la bañera fue una tortura, y el tiempo que pase dentro de ella solo sirvio para seguir con mi sufrimiento en mis pensamientos.

Me sentí tan frustrada cuando al pasar la esponja por mi cadera, reconocí un gran moreton en ella. Cuando la muerte es tan descarada para asechar, no hay mas nada que pensar. 

Enojada lance la esponja lejos de mi y me sumergi dentro de la bañera esperando apartar un poco de aquella frustración y tristeza de mi. Entonces, mientras mis pulmones se quedaban sin aire, recorde a cada uno de los miembros de mi familia, recorde sus actitudes y en todo lo que les faltaba aprender para vivir una vez yo no estuviera ahí.

Sus hijos no estaban listos para verla partir, su esposo no estaba preparado para afrontar la vida de padre sin su ayuda... su familia estaba tan apartada los unos de los otros, ¿que sería de ellos cuando ya no estuviera?, no quería imaginarlos alejandose aun mas.

Tan rapido como ese pensamiento llego a mi, salí de la ducha y tambaleandome corrí a mi habitación, casí resbale un par de veces pero eso no me detuvo. En cuanto abrí mi armarío sentí mi pecho oprimirse y mi autoestima caer aun mas bajo.

Hasta ese momento no había reparado en aquello, había pasado tanto tiempo desde que deje de preocuparme por mi apariencia para dedicarme a ser una buena madre. Ver los atuendos holgados y los zapatos simples era solo la muestra de que mi mayor preocupacion por años había sido el de cuidar de mis hijos... 

Si quería recuperar la union en mi familia, debería cambiar para mejor... no podía presentarme con mi esposo luciendo mi desgaste emocional tambien en mi forma de vestir, quería unirnos, no causarle lastima.

Sabiendo que no había nadie en casa, y que los empleados no subirían a limpiar hasta mas tarde, sali a paso firme y sin pudor, con dirección a la habitación de mi hija. Quiza no era la mejor idea que podía tener, pero ahora no podía pensar en nada mas. 

Tuve que forcejear con la cerradura por varios segundos hasta que esta cedio ante el cosntante movimiento, los constantes azotes de mi hija con la puerta le habian dañado el cerrojo de alguna forma, pero ahora lo agradecia enormemente.

Una última oportunidad (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora