Para proteger a las personas que más quieres, debes darlo todo; yo lo sé, ella lo sabe y por supuesto, también él.
Desde mi asiento lo confirmo mientras les veo despedirse y antes de marcharse a mis ojos ve. Sus ojos avellana me aseguran que estaremos bien. ¿Cómo no sentir la confianza que transmiten?, si son los mismos ojos, el mismo tono que me han dicho te quiero en la oscuridad y que han estado para protegerme.Cuando ella sube vuelvo a girar. El cielo ya no es claro, él se ha marchado, y antes de comprenderlo los disparos se repiten a mi alrededor. Nos han encontrado. Mi pensamiento solo es uno.
El tablero lleva sangre que antes no tenía, los ojos en el espejo no contrastan con lo que los míos ven. ¿Por qué parecen decirme que hay paz y todo irá bien? Los disparos no cesan. Me intento proteger.
Mis ojos vuelven a buscar una mirada que contraste con la mía, en cambio encuentro la luz del sol dibujar sombras verdes o amarillas que se cuelan por las ventanas, ventanas rotas, cristales a mi lado o sobre mí, y sin embargo los sonidos han marchado y la velocidad ha disminuido considerablemente.En un parpadeo estoy en otro lugar. Si estaba sentada atrás fue un engaño. Cómo copiloto observo al conductor, a la conductora, y dos formas se vuelven una. Tengo todavía miedo pero la tranquilidad también se desea apoderar de mí.
Su rostro lo gira y me sonríe cálidamente, ¿temía? ¿Por qué? Me dice que todo estará bien y el desastre que era vuelve. La oscuridad se rompe con las luces detrás que nos alumbran y las que acaba de prender al frente. El tablero vuelve a ser manchado por la sangre.Le han disparado a mi padre.
No puedo escucharme pero estoy segura que grito. Pronto me quito el cinturón de seguridad y le desabrocho el suyo para cambiar de asiento. Los disparos no cesan. ¿Quiénes son? ¿Por qué no se detienen? Alguien me dice que todo va a estar bien, pronto comprendo que es su voz desde mis recuerdos y se lo repito al tomar el volante entre mis manos y hoy, en una persecusión, aprender a manejar.
El camino está en las tinieblas, es imposible visibilizar algo delante. Una curva es una advertencia para detenerme pero no puedo, alguien viene por nosotros, alguien nos dispara. No quiero que muera ni quiero morir.
El camino llegó a su fin cuando no pude girar en la curva; y mi rostro ahora es cubierto mientras giramos y giramos y sentimos el fin. Moriremos porque no supe llevarnos, no pude salvarnos.No nos cuidé.
El dolor me comprime el pecho, no puedo respirar tampoco responderles. ¿Qué me han preguntado? ¿Qué hacemos aquí? Nos he lastimado...
Los ojos azul zafiro, oscuros, eléctricos y penetrantes, me siguen observando atentos mas yo no puedo seguirle sosteniendo la mirada al fallarle por lo que al piso miro y a los otros tres pares de pies.-¿Quieren que crea todo eso? ¿Cómo sabré que es real y que no?
Mis palabras comienzan a darle matices a mi persepción. Ellos aparecen. El dolor se traslada y ahora me abruma, por una parte mi cuerpo siente el impacto, por otra mi mente se ha saturado de información. Debemos elegir.
-Tú sabrás lo que es real y lo que no lo es.
Levanto el rostro cuando habla.
Bajo una playera blanca, pantalón de mezclilla y tenis de tela se encuentra una piel clara. Aquel chico, deja su lugar para hincarse frente a mí y tomar entre sus manos las mías.- Soy real.
Le creo, no tengo ninguna duda de que no lo sea.
- Yo también lo soy hermana.
El segundo chico reacciona y tras hablar se acerca. Observo su calzado porque es muy llamativo pues entre tres pares de tenis él trae mocasines. Su pantalón de mezclilla es negro, lleva una playera gris de manga larga con cuello de tortuga y encima una chamarra delgada de mezclilla azul. Contrario a los otros dos, sus facciones puedo contemplarlas. Es castaño: cabello, cejas, ojos, de piel clara con un bronceado perfecto y nariz de perfil aguileño.
Hay una barba de perilla que enmarca su cara y estoy segura que ésta tiene forma de diamante alargado, misma forma que ahora no se distingue tan bien. Su cabello es quebradizo, algunos rulos se le llegan a marcar, su mentón sobresale enmarcando aquel rostro cincelado.Su mano la posa en mi hombro, sus dedos son largos, finos, dedos de pianista. Los ojos de aquel portador me miran con convicción, son tan convincentes que pueden hacer que no exista algo más importante y les creas.
Algo me dice que jamás me mentiría. Su presencia, su expresión corporal y su mirar, pueden resultar imponentes de diferente forma y ante cualquier situación guiando a tomar la mejor decisión o alternativa y ahora mismo él es necesario para elegir una de las tres propuestas planteadas.
Pero, aunque me asegura sin palabras que lo que decida será lo correcto, no me dejó convencer, ni a los ojos cansados de aquel azul oscuro intenso les respondo; hay algo que me lo prohíbe y es no escucharle a él.
Como si lo supieran se mueven para dejarme verle.
Sentado en la orilla de una silla con los codos sobre sus rodillas al suelo mira con la cabeza hundida. Me gustaría saber qué cree, qué piensa, que siente... Su decisión será la mía.
Viste absolutamente de negro, su cabello ondulado del mismo color es. Solo cuando se siente observado y se mueve puedo ver su playera de cuello circular color blanca.
Aquel chico se acerca a mí, sólo a mí; no sé porque eso lo siento como algo especial. Él trae la razón y la armonía que me transmite al tomar con sus yemas mi antebrazo e ir caricia a caricia bajando hasta mi mano. Sus dedos se unen con los míos, su mano aprieta la mía. Nos conocemos, nos apoyamos, nos entendemos.- También estoy aquí, Orquídea. - Su voz es una caricia que nunca debo olvidar. Hay ámbar en sus ojos, un ámbar qué tal vez no le pertenezca o tal vez sea solo suyo. - También soy real, como tú, y me encuentro también confundido. Tengo miedo pero, al mirarte este se va, siempre se marcha y sé que... Sé que todo saldrá bien si estamos juntos.
Quiero alzar la vista cuando sonrío pero no puedo pues mis párpados me lo impiden, es como si los tuviera cerrados pero sigo mirando nuestras manos, nuestra unión, nuestro secreto y compromiso.
Los sonidos de la noche comienzan a llamarme y como siempre les acompañan los sonidos de derrapes que producen las llantas, la persecusión vuelve a hacerse presente, no quiero que les hagan daño también a ellos. Se quedará en mi memoria que no los pude salvar.Cuando son más constantes y cercanos grito. Quiero que se callen, ya no quiero correr. Quiero que aquellos pensamientos que me aseguraron lo que era real ahora me aseguren que esto no lo es. Estoy segura que en cuanto el ruido calle mi muerte será el siguiente paso. ¿Por qué estoy segura de eso? ¿por qué de ello no dudo?
La luz me da en el rostro, ya viene, mi final está cerca.
Moriré antes que ellos y está vez no me quedaré con la frase: No los cuidé.
El dolor del impacto me llega y una mano de aquel dolor parece querer sacarme, aunque aumenta a gran velocidad, a lo lejos escucho la voz de mi padre y otra mano me toma cuando intentaba correr a él sin notarlo. Necesito verlo.
La luz vuelve a segarme. El brillo lo aumentan, mis ojos, mis padres, mi cuerpo, ¿por qué no puedo moverme? Manos me toman y piden no moverme. No, no, no, no me pudieron encontrar. Mis padres, ¿dónde están mis padres? ¿Dónde está mi mamá? ¿Dónde está mi papá? El dolor no cesa, ¿qué me están haciendo! ¡Por qué no puedo moverme!
Aprieto los ojos, apenas y puedo mover la cabeza. Grito por dentro, por fuera no encuentro voz.
Cables se hacen visibles para mí, al igual que el enfoque de la luz cuando la lámpara que sostenían me la quitan de encima. Partes de mi cuerpo vendadas, enyesadas; en el cuello algo me impide moverlo. Sus batas blancas se me revelan al igual que el lugar cuando me acostumbro a la luz. ¿Y ahora dónde estoy? Todo lo anterior fue un sueño... ¿Un sueño?Todo lo que vivía y se repetía a mi mente vuelve bajo el nombre de sueños. Pensar que no son personas reales, que nada de eso ocurrió. No, lo hizo, lo hizo...
¿Dónde están mis padres?Entre mi alteración uno de ellos sale y el que se queda, con oraciones largas y sonrisas, me pide le de permiso para revisarme, e intenta tranquilizarme diciendo que logré salir de la complicación y que pronto me dirán lo que ocurrió.
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LPQSB 1- Recorriendo Caminos.
RandomMi padre brinda ayuda, protección y entrenamiento, que buscan mejorar vidas; pero ha encontrado una competencia, que pronto se volvió enemiga, y esperan verlo renunciar. En el intento estuvieron cerca de encontrarnos. Para protección nos tuvimos que...