10.- Flor de Juventud.

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Me impresiona encontrar un túnel de tierra, con focos sobre las paredes que iluminan el lugar, que abre a una zona donde el color blanco se vuelve monocromo. La tierra cambia por loseta blanca, luces blancas y pasillos que terminan en puertas de cristal.

Sigo mi camino de forma directa pasando al lado de dos cuartos de cristal donde todo su interior puede ser admirado. Una televisión de pantalla plana, un sofá de cuero color café, una mesa de centro, una alfombra, una maceta con una planta de hojas alargadas es lo que hay en ambas. Los cuartos parecen ser la réplica del otro.

Noto que en cada esquina hay un panel y cortinas por si se desea la privacidad.

— Mariana.— Me giro. En la barandilla, recargado, me encuentro al señor Erick. — Me alegra volver a verte.

Estaba sola, y me daría miedo pero sé que así se mueve gracias a su profesión. Además, es el mejor amigo de mi padre. Su amistad lleva tanto que se llaman hermanos cuando están en un ambiente que consideren seguro.

— Señor Erick.

— Por ahora, puedo ser tu tío. — Le asiento

— He bajado sola, mi padre vendrá con los demás patrocinadores.

— Decidí esperarlo aquí. — Se acerca. — ¿Qué tal vas con los recuerdos?

— Es, amnesia permanente.— Doy un suspiro que espero suene melancólico para que sea más creíble — Tengo que ir a ver a los reclutas.

—Al final del pasillo hay unas escaleras de caracol que te bajarán con las reclutas para observar a los reclutas.

Le agradezco y me despido para continuar.

— Sivele.— A pocos pasos me llama. — Si recuerdas algo relacionado conmigo, llámame.

No hago más que asentirle. De alguna manera lo sabe; o está convencido de que recordaré.

Sigo sus indicaciones por el pasillo que no parece tener fin hasta que lo encuentro y bajo tal como me lo ha indicado. Desciendo sin perder tiempo y gracias a mi ruido que los ha alertado, comienzan a callar una discusión que le hacían a Super Afro por permitirme el día más importante faltar. Nos vemos.

— Sobreviviente... Creí que no...

— ¡Vez! — Irma me señala y se acerca. — ¡Por qué a ella no le dices nada del blanco! ¿Acaso no le avisaste?

— Creo que puedo solucionarlo. — Martha corta las mangas de su vestido, saca agujas, hilos y trota a mí. — Esperaba que..., — Apenas y mira a Irma. — otra desobedeciera, así que vine preparada.

Y otro retazo sale de su bolso.

Antes de que me toque, tomo sus manos y la intento calmar. Miro a Super Afro.

— Tengo que hablar con mis dobles I. No puedo... No pueden... Tengo que hacerlo.

Señala a los paneles de doble vista que cubren toda la alargada pared de mi lado derecho: Miradores. Deben de estar abajo. Martha me pide estar quieta.

— Está bien, Marta, calma.

— Los patrocinadores están por llegar. El jefe no confirmó que vendría... — Niega.

— Una sorpresa. Eso... — trago y camino al panel. — ¿Cómo puede Flor de Juventud salvar a un recluta? ¿Bajo qué términos?

— Ella no vendrá, ni el jefe.

— Quiero saberlo.

— Tienen que ser pareja. — Ximena lo menciona. — Pero, no sé si desde antes o cuando lo eligen.

— En cualquier momento. — Afro al fin habla. — Normalmente es un mes lo que dura su ficticia relación pero lo entrena hasta que lo considera listo y le llaman al patrocinador que quería, si quería uno, o le facilitan otra forma para vivir, la que él decida.

Puede quedarse. Ivan puede quedarse.

— Sobreviviente, sea lo que sea...

Calla al escuchar y ver a Alberto descender. Desde ahora, soy Flor de Juventud. 

>> G <<

//¡Feliz cumpleaños... querido personaje masculino!

LPQSB 1- Recorriendo Caminos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora