Parte 7

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-Hey! Edogawa ¿comerás eso de nuevo?- preguntó un niño mientras señalaba las bolsas de comida chatarra- Ven nosotros iremos a la cafetería.

-Gracias pero debo hacer algo antes, los veo luego bye bye

Camino hacia el salón de junto y solo vio a unos chicas compartiendo su almuerzo entre ellas y a unos chicos en jugando cartas.

Muy bien... ¿donde podría estar?.. ¡Ya se!- pensó para si mismo

Se dirigió hacia la biblioteca, fue a lo más profundo y ahí lo encontró, a un chico de cabello negro y ondulado, ligeramente largo lo suficiente para cubrir sus ojos, ahí estaba sentado en el piso piso mientras se recargaba en el librero, estaba tan perdido en su lectura que no noto la presencia de Edogawa.

-Hola- hablo el ojiverde

Esto asustó al otro chico provocando que casi saliera volando el libro que sostenía, miro a quien lo había saludado y en una crisis nerviosa se dispuso a salir corriendo del lugar

-dd-disculpa ya me voy

Edogawa confundido actuó por inercia y lo tomó del brazo para así evitar su fuga.

-Justo te estaba buscando

-¿Eh?

-mmm..- con tono dudoso -veras... vengo disculparme por lo del otro día, lleve esa competencia demasiado lejos y te cause problemas.

- ¿eh?

- Acaso no puedes pronunciar otra cosa? ¿hablas japones cierto?

sonrojado- ss-si, aun me cuesta ciertas cosas pero te puedo entender.

-y ¿aceptas mis disculpas?

-No

-Eeeeh!!- ahora el ojiverde no había encontrado mejor expresión que esa.

-sshhhh- se escucho, había olvidado que se encontraba en la biblioteca

bajando la voz y acercándose al otro- ¿porque?

Alzando la cabeza firmemente y dejando al descubierto sus ojos color café- Vine desde muy lejos, estoy rodeado de gente nueva y cuando por fin estaba encajando en este lugar e incluso tener algunos amigos, llegas tu, me humillas y dejaste en ridículo, ahora ya nadie me quiere dirigir la palabra....-tomando aire -ademas se que tus disculpas no son sinceras, lo más probable es que alguno de tus padres te hayan regañado por lo sucedido y te ordenaron disculparte.

Por primera vez Edogawa se había quedado sorprendido ante alguien más que no fuera de su familia. Las razones principales fueron que no se esperaba que los ojos del chico al ser de un color un tanto común lo logró cautivar, que empezara a sentir una ligera fragancia a avellana, además de cuando lo tocó sintió por unos segundos una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, pero lo que más le sorprendió fue que lo que había dicho era totalmente cierto, el se estaba disculpando por orden de su padre, había visto a través de él.

mientras el ojiverde estaba perdido en sus pensamientos, el otro logró huir..

——

Sonó la campana que indicaba la hora de la salida

-¡Hey! has tardado mucho- dijo Akiko

-si, si relajate, ya estoy aquí-le contestó el ojiverde

-¿Qué te tenía tan ocupado?- pregunto Dazai mientras se quitaba la mochila para luego arrojarla a su nuevo sirviente

Con un rostro enrojecido de ira - ¡Hey! Dazai que te pasa?-dejando caer la mochila

-Pequeño Chuuya, al parecer has olvidado quién es tu amo, te recuerdo que perdiste una apuesta.

Fastidiado Chuuya tomó la mochila de Dazai y la llevo todo el trayecto hasta su casa, podrá odiar, gritar o insultar pero le era fiel a su palabra .

Mientras su hermano discutía con su amigo Edogawa pudo notar una ligero olor a avellana, justo como el de la biblioteca,por instinto miró a donde provenía dicho olor y vio al chico extranjero, el otro sintió su mirada y ambos cruzaron su mirada, escasos segundos, pero el tiempo suficiente como para provocar algo en ellos, pero por su misma juventud e inocencia no les permitía saber con exactitud ese sentimiento.

-¿Qué tanto miras?- cuestiono su hermana

- nada, solo estaba pensando si mamá ya habrá salido del trabajo - mintió

-mmm.. quizás ya se encuentre en casa, hasta donde supe pidió cambio de turno en el hospital

-Últimamente no ha llegado a casa

-Bien sabes que el trabajo de un médico nunca acaba

- tienes razón- haciendo un puchero

-Pero no te preocupes, tienes a tu hermano mayor que estara para ti ¡¡siempre!!- le acarició el cabello de una manera dulce y reconfortante, para después agitar su mano más rápido hasta provocar que el peinado de su hermana se estropeara.

-¡Oye!- volviéndose a peinar con sus manos. -No era necesario eso

El ojiverde con una sonrisa le dio una pequeña paleta que sacó de su bolsillo- si, si lo era

Ambos se sonrieron y continuaron su camino a casa.

-Bueno eso es todo por hoy sirviente- tomando sus cosas de vuelta- ah y recuerda pasarme la tarea después.

-Eres un flojo, un perezoso, no lo haré

-¿Ah?¿ el pequeño sirviente se revela contra su amo?

-¡¡HEY!! por ahora soy pequeño pero dame un par de años más y sin duda seré más alto que tú

-si si lo que tu digas.

Ambos chicos después de su habitual pelea casi a modo de despedida rutinaria entraron cada quien a su casa.

Para sorpresa de Dazai quien fue el último de los hermanos en entrar a la casa vio a su padre discutir con la gata, más bien regañándola, por las cortinas y varios muebles rasguñados dedujo el motivo del llamado de atención.

-¡¡Elise!!, no vuelvas a hacer eso, ¿quedó claro?- mientras le  acariciaba  la pequeña cabeza.

-Papá, es un animal no te va responder...pierdes el tiempo en educarla y no creo que esa sea la mejor forma de regañar a un ser inferior.

Como si la gata entendiera todo (o quizás si lo hacía) se alejo de Fukuzawa corrió directo a Dazai y le dio un rasguño a su pierna, para luego salir corriendo al jardín.

Sin palabras el niño vio a su padre como diciendo "mira lo que hizo, es porque la mimas"

-Te lo has buscado, la ofendiste.

El bosque y la rosa [Fic Fukumori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora