Capítulo 12

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Mónica empezó a arreglar todo, delegar el trabajo no era lo que más le gustaba pero tenía que hacerlo. Le dio órdenes a su secretaria que es lo que tenía que hacer, a quienes tenía que entregar, con quien tenía que seguir muy precisa.

Cada vez estaba durmiendo más, estaban a mediados de Junio y tenía menos trabajo, ya había aceptado a uno de los artistas para su tienda, eran muy buenos sus trabajos y le gustaba aunque ella no los trataba directamente porque más allá de su timidez era su ego, de que alguien le arrebataba lo suyo.

Era sábado por la tarde y no tenía trabajos pendientes, su amiga Lía la había invitado a pasar un fin de semana de hueva las dos, ya los extrañaba, solo eran ellas dos, comida chatarra, empezaban con pizzas y terminaban con sopas instantáneas, viendo series orientales y hablando de los actores que les gustaba mucho. Y tenían mucho tiempo que no lo hacían así que ese fin de semana era de ellas. A veces iba Juls pero como no le gustaban las cosas orientales tanto como a Moni y Lía. Pero ese fin de semana tenía compromiso.

Eran las 7:30 de la noche y había quedado en pasar por ella desde las 6:30, se suponía que iba hacer desde temprano pero hubo un problema en el restaurant y se tuvo que quedar más tiempo para no tener que regresar en todo el fin de semana.

Mónica estaba en la sala esperándola cuando escuchó que el coche de Leo había llegado, desde el incidente del baño había dejado de comer con él y estar más tiempo dentro de la casa y la última sesión con Juls la había cancelado. Ella sintió una punzada en el estómago cuando escuchó que no iba solo sino con una chica. No supo qué hacer si irse o quedarse, así que se paró e hizo que iba al baño, dejó la TV prendida para que entendiera que estaba ella ahí.

Pero cuando salió del baño después de solo lavarse su cara vio a Leo y a la chica en la sala parado besándose, Leo estaba de espaldas y no la vio, pero la chica abrió los ojos y la vio, se despegó de él y le lanzó una sonrisa y dijo.

-Hola - muy alegremente.

Mónica solo se quedó parada en el marco de la puerta sin decir nada y Leo se voltio y le dijo.

-Hola, ella es Karen - las presento. - Karen, Mónica, Mónica Karen- dijo moviendo las manos para presentarlas.

-Hola - dijo Mónica con un hilo de voz.

-Ella es mi casera - dijo Leo

Mónica sintió el olor alcohol de los dos, no se veían muy borrachos pero sí en estado feliz.

-Es joven, pensé que era más vieja - dijo Karen.

-Íbamos para mi cuarto, espero no molestar - dijo Leo muy tranquilo.

-Sí, no te preocupes - dijo Mónica tratando de tranquilizar su voz.

Leo y Karen entraron a su cuarto, y justo en ese momento le llego un mensaje de Lía que se fuera a su casa que entrara con su llave que ya había pedido la pizza y que no le daba tiempo llegar antes, pero que ya no tardaba. Mónica agradeció el mensaje así que pido su UBER, fue a su recamara por su maleta que ya estaba lista, espero que llegara el UBER, apagó todo lo de la sala y se fue.

Lía conocía perfectamente a su amiga, cuando llego del trabajo la vio extraña y no precisamente por que llegara tarde por que no era de esas personas que se enojan por hacerla esperar, solo si es en un lugar público y que este sola. Pero esta vez le pasaba algo y sabia de quien se trataba.

-¿Que te hizo esta vez Leo? - le pregunto Lía a su amiga.

-Nada porque preguntas eso.

-Estas, rara.

-Soy rara

-o sea sí, pero no me refiero a eso y lo sabes - dijo sin querer bromear.

-No me pasa nada solo eh tenido mucho trabajo este mes y apenas estoy saliendo un poco - le trato de explicar a su amiga sonando lo más convincente posible.

Cosas que nunca cambianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora