Capítulo 4

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Mónica estaba en su taller trabajando en una escultura especial, para un cliente importante, cuando de repente vio que recibió un mensaje en su celular de negocios.

"Espero que no te moleste, haré una reunión este fin de semana," leyó el mensaje, vio que era de Leo.

Llevaban viviendo tres semanas juntos, y normalmente llegaba tarde o con una chica, al principio lo sentía extraño pero después se acostumbró un poco a tener visitas inesperadas esta vez se le hizo raro es que le avisara.

Vio el mensaje pero no contestó ella siguió concentrada en la escultura, de repente le llegó otro mensaje.

"En verdad espero que no te moleste, si es así dímelo, no me molestará". Se dio cuenta que había pasado una hora desde que llegó el primer mensaje. Así que se limpió las manos y tomó su celular.

"Disculpa estaba trabajando, no me molestas". Siguió trabajando en su escultura y al poco tiempo sonó de nuevo y solo decía.

"Gracias". Así que ella siguió en lo suyo.

El resto de la semana trabajó desde casa y en su taller la mayor del tiempo, tenía que entregar 2 esculturas y un proyecto, antes del viernes, así que se la vivió encerrada en su taller el cual era grande casi era de las mismas dimensiones la planta baja, con un baño completo sencillo, pero con lo necesario y tenía un mini bar. Planeaba comprar un microondas para comer ahí los días que tenía mucho trabajo, y no quería bajar. Cuando estaba muy cansada se recostaba en el sofá que tenía, era viejo pero muy cómodo para dormir.

De miércoles para jueves se quedó trabajando toda la noche en el taller, le faltaba muy poco para terminar la última escultura que estaba por entregar, no se dio cuenta pero se quedó dormida en su sofá, cuando despertó vio que era de día busco su celular para ver la hora y vio que eran la siete de la mañana y tenía mucha hambre así que bajó a comer algo. Estaba preparándose unas claras con jamón, de repente escucho que salía alguien de una habitación, se espantó, pero se sorprendió más cuando vio a que era una mujer.

-buenos días - dijo con voz dormilona

-buenos días - respondió ella.

-¿el baño es este verdad?- le preguntó, señalando la puerta del baño.

-sí- dijo Mónica.

En las semanas que llevaba viviendo con Leo era la cuarta vez que alguien se quedaba a dormir con él, pero era la primera vez que se encontraba con ella o alguna de ellas, normalmente escuchaba que entraba con alguien, o que salían.

Cuando la chica salió del baño se dirigió a la barra que estaba en la cocina que dividía con el comedor, y se sentó en uno de los banquitos.

-¿qué haces?- le preguntó.

-claras con jamón,- dijo muy nerviosa – quieres un poco -le ofreció.

-si, muero de hambre- le dijo emocionada.

Ya casi estaba listos así que tomo otro plato y repartió en ambos las claras, y sacó del refrigerador jugo de naranja.

-Soy Lucia, por cierto, pero me puedes decir Lu.- dijo ella- y tú debes ser la chica que le renta el cuarto a Leo.

-Mónica- dijo en tono suave y bajo.

-mucho gusto- muy simpática y le sonrió.

-toma – le extendió la mano con un plato y la otra con vaso lleno de jugo de naranja.

-gracias se ve rico. – le dijo muy amable.

No le molestaba que estuviera Lucía en su casa, pero si se sentía muy incómoda con alguien a quien no conocía, pero bueno esto es lo que tenía que hacer para ir venciendo sus miedos a la gente extraña.

Cosas que nunca cambianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora