Su cabeza giró nuevamente a su comida ordinaria y abundante. No decía nada pero se lo veía ruborizado, inquieto y con ganas de retirarse. Sea como sea, su imperceptible sonrisita nunca paso desapercibido de su locuaz mejor amigo Usopp. Sonrío cómplice del sonrojo de Luffy.
—¡Pero mira! Si Vivi esta ahí —estallo en una gran sonrisa, no obstante, estaba tentado a hacerle una broma— ¡Vivi!
Luffy se encogió en su lugar apretando sus palillos entre sus dedos y su conducta cayo rápidamente mientras un puchero cruzaba su rostro. Al escuchar el nombre de la peliceleste gimió consternado. Luffy entreabría sus labios lanzándole una mirada anhelante cuando sus ojos sonrientes chocaron con ella.
— Vi-Vivi... ¡Estas aqui! Que gusto.
— Luffy-kun, hola —dijo con una voz suave y linda. De pronto, su mano se elevaba inocentemente al rostro del azabache—. ¿Por que tu cara esta tan roja de repente? "
Usopp que solo era espectador tuvo ganas violentas de reír a carcajadas. Al parecer, Luffy la escuchaba embelesado y algo tonto y, después de tres o cuatro gestos, Luffy reacciono con una incesante risita.
— E-estoy bien Vivi, es solo la calefacción —bufó abanicándose con sus dos manos. Era un terrible mentiroso.
La voz de Vivi rompió sus pensamientos. — Pensaba que pescarías un resfriado o algo así —a Vivi le preocupo la idea de verlo enfermo y permaneció con una extraña mueca en el rostro. La seca carcajada de su otro amigo le llamó la atención —¿Ocurre algo Usopp-san?
Su atención se dividió exactamente a la mitad. El hombre olvidado observo como los ojos de Vivi pasaban de su amigo a él. Genial.
— De hecho, ocurren muchas cosas ahora mismo —Usopp podría decir que abuso de su memoria—. Verás, la tarea del viejo Reyleigh se entrega mañana y de un cien porciento solo tengo el diez y esta persona, Luffy, no quiere ayudarme.
Luffy se quejó torpemente, no accedería a ese tipo de abuso.
— ¿Crees que podría pasarte mis apuntes?
— ¡Vivi! —Usopp tomó sus dos manos y con ojos llorosos agradeció asintiendo desde el fondo de su valiente corazón. Tiempo después la soltó pues sintió que un abrumador escalofrió recorría su espina dorsal.
— No te preocupes amigo. Estaré en el club de ciencias esperando con mis apuntes —una sonrisa instantánea cruzo su rostro. Tampoco parecía consciente de la mirada de Luffy que contemplaba su brillante aura.
Escucharon las puertas de la cafetería abrirse y su reacción fue instantánea al ver al irrevocable grupo de tres pasar frente a sus narices como si el mundo les perteneciera totalmente. Luffy arrugó la nariz detestando ese cabello naranja que parecía burlarse de él. La repugnaba tanto como un bicho venenoso.
Incluso ahora, todos parecían ovacionarla, pero para Monkey D. Luffy, solo era alguien de revista; superficial y de papel.
Luffy no era bueno para hablar ni en hacer amigos. Solo tenia a Usopp y su platónico amor hacia Vivi. Tal vez enciclopedias y libros viejos. Eso estaba bien para él.
No sabe con exactitud cuanto tiempo la observó hasta que sus ojos y los almendrados de ella chocaron fríamente. La pelinaranja le sonrió con superioridad y Luffy sitió que se irritaba. Regreso su mirada a sus plato que ya estaba frío.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nami miraba su reflejo en el espejo. A lo mejor estaba pálida; otras veces sus mejillas eran tan rojizas como su cabello que parecían reflejar el fuego del sol poniente. Su gordo profesor pedía ahora hablar con ella. Estaba disgustada por su proceder, justo ahora perdía minutos de lo que podría estar en el centro comercial.
— Señorita Nami ¿correcto? —la llamó carraspeando la garganta que pareció hacer eco en la sala. El ultimo estudiante finalmente desaparecía a lo largo del pasillo—, ¿es consiente que su rendimiento académico en mi materia es terrible?— pregunto casi ofendido. Nami simplemente alzo sus hombros haciendo caso omiso a las palabras de su maestro, ¿por qué sus uñas lucían poco saludables?—. Con su actitud despreocupada estará consiguiendo un espacio en la lista negra de estudiantes que reprueban la materia. Es inconcebible esta falta para alguien que ya se encuentra en el último año...
Nami hizo un gesto de desaprobación, como si hubiera dicho una gran irreverencia. Pasada fugazmente la primera impresión de sorpresa, medito unos segundos y sintió como si un bloque de hielo golpeaba su ultima neurona para hacerla reaccionar.
— ¿Qué quiere decir con eso? —frunció su ceño como un conejito y cruzó sus largas piernas. Perezosamente. el profesor suspiró recogiendo su maletín para dirigirse a la puerta.
— Sera claro: O va a tomarse enserio mi clase o tendrá que conseguir un tutor —advirtió tras sus espaldas. No indicaba pesadumbre ni contrariedad. La boca de Nami se secó en segundos—, y si no lo hace yo mismo me encargare de dejarla a extraordinarios.
Sin mas que decir el profesor se marchaba dejando a la pelinaranja estupefacta con sus palabras. Eso era terrible, su nivel de popularidad caería a borbotones y la idea de quedarse sin atención y aplausos era malo... Muy malo.
¿Y ahora?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.