«Las buenas acciones nos dan fuerza a nosotros mismos e inspiran las buenas acciones de los demás».
Platón
Narra Thomas:
¡Es lunes otra vez! Me levanto rápidamente al escuchar a mi madre tarareando una de sus canciones favoritas. Se llama «Be My Baby» o algo así, lo sé porque es infaltable en su repertorio matutino. Mientras trato de asimilar la realidad, observo que las agujas del reloj marcan las siete y media. ¡No, llego tarde! ¡Muy tarde! ¡Faltan diez minutos para que termine mi primera clase y aún no he desayunado! ¡Agh! ¿Qué digo? ¿Cómo puedo pensar en el desayuno si llego tarde a clases? Mejor compraré un café para llevar y correré más rápido que un velocista en apuros... A propósito, déjenme aclararles que no soy una persona impuntual. Nunca en mi vida he faltado a una clase, y no me siento orgulloso por lo que me está pasando ahora. ¿Cómo pude haberme quedado dormido y no escuchar la alarma? Es muy sencillo: me pasé leyendo toda la noche diferentes reseñas sobre el último videojuego que salió a la venta: «Apocalypse Wars II». Casi todos coinciden que es mejor que la primera entrega, la cual salió hace cuatro años atrás y tuve la oportunidad de jugarla gracias a la generosidad de Sam. Sin embargo, este año planeo juntar el dinero necesario para comprarlo y poder comprobar si las reseñas son verídicas por mi cuenta.
- Be my, be my baby, be my little baby!
- Mamá...
- My one and only baby, oh, oh!
- ¡Mamá! – protesto en voz alta al ver que todavía no me responde y sigue cantando como si fuera Ronnie Spector o Estelle Bennett.
- ¿Sí, Thomas? ¿Necesitas algo? – hace una pausa para mirarme fijamente – Por cierto, llegas tarde al instituto. Te dejé dinero en el mueble del living, pasa por una cafetería y no pierdas tu siguiente clase.
Estaba por pedirle que dejara de cantar tan fuerte, no obstante, al escuchar su respuesta, decido callarme y dedicarle una pequeña sonrisa de agradecimiento.
- Justamente estaba por decirte que llego tarde al instituto. Gracias por el dinero, mamá, te lo devolveré muy pronto. – ella procede a acariciar mi mejilla y se aleja por el pasillo sin dejar de cantar. ¡Vaya! No se equivoca cuando dice que la música es su pasatiempo favorito.
- No te preocupes por el dinero, Tommy. ¡Muchos éxitos en clases, cariño!
Acto seguido, abro la puerta principal y comienzo a correr como si se aproximara el fin del mundo. ¡No voy a perderme la segunda clase, eso ni pensarlo! En este momento, desearía ser un velocista como Barry Allen o ser multimillonario como Elizabeth Reece. Sí, acabo de admitirlo: ¡no estaría mal tener un coche deportivo para llegar a tiempo y con estilo!
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Al borde del abismo
Teen Fiction"Elizabeth Reece se considera a sí misma como la perfección, pues lo tiene todo y nada le puede faltar. Siendo multimillonaria y popular, es la joven más envidiada de su instituto. Todos quieren parecerse a ella. En cambio, Thomas Stevenson es todo...