Valkiria

Ella

Ella era atractiva,
con sus manchas moradas,
sus curvas,
su pelo,
y sus zonas delgadas.

Ella era guapa,
con sus arrugas,
con su maquillaje,
sin su maquillaje,
y con las heridas en su cara.

Ella era preciosa.
Con el agua en sus ojos,
sin perder, a pesar de todo,
el brillo de su mirada.

Ella era valiosa.
Escondía todo un mundo oscuro
tras su espectacular sonrisa,
que la llenaba de luz.

Ella era valiente,
porque le quería tanto,
que solo por complacerle,
cada mañana se despertaba
decidiendo aguantar un poco más,
decidiendo darle otra oportunidad.

Pero, ¿cuánto más iba a poder aguantar?
¿Cuántas oportunidades le tenía que dar?
¿Hasta qué punto iba a llegar?

Ella era valiente,
pero necesitaba más,
eso no era suficiente.
Tenía que acabar con esto,
tenía que detener su silencioso sufrimiento.

Un día, ella dejó de ser sólo "valiente",
para transformarse en "Valkiria".
Sé enfrentó a él.
Dejó atras su silencio,
dejó atrás su sufrimiento,
dejó atrás su dolor,
y le gritó a aquel monstruo:
¡Hasta aquí has llegado,
ya más no te consiento!

Ante todo, ella era perfecta.
Porque además de ser única, maravillosa e incomparable,
por el simple hecho de ser mujer,
ya valía un mundo.