Miguel llegó a la escuela de su bebé muy feliz. Todo había mejorado mucho, ya que su esposo llegaba más tranquilo y no le golpeaba ni reclamaba por todo.
Con pasos ligeros llegó a la entrada y al ver a la directora con su hijo y su esposo a un lado su rostro se torno blanco.
—Señor Rogel, tenemos que hablar muy seriamente.
Al notar la mirada de Rubén temió por su seguridad mientras Alex no dejaba de verle con una sonrisa.
El pequeño pensaba que hacía un bien, pero para Miguel fue lo peor en ese momento.
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𝑳𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂
Short StoryCuando amas a alguien dejas que te destruya pensando que aguartar es la muestra de su amor. Sin embargo, es la muestra del poco amor que te tienes a ti mismo...
