—¡No puedo creer que seas un jodido inútil! — exclamó el castaño —. He dicho agua de jamaica, no de uva.
—Cariño, el bebé me lo ha pedido. Por favor no te enojes.
—¡Y encima estas malcriando a nuestro hijo! — gruñó — ¿Qué? ¿A caso quieres que sea un debilucho como tú?
Se acercó amenazante y Miguel ya no sabía que más hacer al tenerlo tan cerca. Con sus manos lo empujó levemente, pero Rubén no espero a estar bien parado para darle un golpe justo en la cara.
—¡Conmigo no te metas Miguel, no te lo permito!
Cuando le iba a dar un golpe más su pequeño hijo se puso frente al pelinegro defendiendole.
—¡Deja a mi papá! — exclamó horrorizado — ¡¿no ves que le haces daño?!
Al ver las lágrimas de su hijo y a su marido golpeado sintió que el corazón se le partía.
—Yo hijo... — titubeó — siento mucho esto.
Alex lo miro fulminante, sin embargo, al ver que su papá intentaba levantar a su otro papá se apartó. Rubén acarició las mejillas de su esposo y limpio sus lágrimas.
—Lo siento tanto amor — murmuró — prometo no hacerte daño jamás.
—Te creo.
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𝑳𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂
Short StoryCuando amas a alguien dejas que te destruya pensando que aguartar es la muestra de su amor. Sin embargo, es la muestra del poco amor que te tienes a ti mismo...