𝑳𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂

Extra

El pequeño Alex de ya dieciséis años abrazo a su padre con fuerza. Estaba tan feliz de verle de nuevo.

Después de tantos años y al ver que Miguel no volvería Rubén decidió ir a terapia para ayudar a que ese tipo de ataques dejaran su cuerpo y así poder vivir feliz.

—Campeón — saludo sonriendo — te extrañé tanto.

—Y yo a ti.

Miguel entró de repente y una sonrisa iluminó su rostro. Al ver que su ex marido estaba ahí el castaño se sonrojo, se separó de su pequeño y le sonrío al morocho.

—Mucho tiempo sin verte Miguel.

—Veo que estas mejor — comentó el menor — me alegro tanto.

—Si, he estado yendo a terapia.

—Te ayudará, creeme.

Alex salió de la sala disculpándose por la llamada de imprevisto. El silencio fue rodeando el lugar, tenían tanto que decirse, pero tanto miedo por dejarla salir.

—Miguel yo...

—No te disculpes — interrumpió — estoy bien.

—Fui un idiota, ¿cómo me atreví a lastimar a la persona que amo?

—Cometemos errores Rubén, no importa. Yo te he perdonado desde que me dejaste estar con Alex... Además te amo y no dejaré de hacerlo.

—¿Aún me amas? ¿Me amas apesar de lo que te hice?

—Si — respondió feliz — eres el amor de mi vida, pero se que estamos mejor así, por separado.

—Todo es mi culpa, siempre pedí a una persona especial y la aleje.

—No te culpes Rubén, no tiene caso.

—¿En serio aun después de todo me amas? — preguntó curioso.

—Claro que si, tú eres lo mejor que me ha pasado. Después de mi Alex lindo.

—Pensé que después de todo terminarías odi ...

Sin esperarlo Miguel se lanzó a los brazos del mayor abrazándolo con amor.

—Yo te amaré pase lo que pase. Siempre.

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