Dos

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—¡¿Qué mierda te dije Miguel?! — grito enfadado —. Te dije que quería unos huevos con jamos, no tocino. Coño.

—Tranquilo mi amor, puedo hacerte el desayuno...

—Ya, ya — gruñó levantándose de la mesa —. No sirves para nada.

Camino hacia la salida mientras el menor intentaba convencerlo de quedarse. Desesperado Miguel se puso frente a su marido. Mala idea

—Quedate cariño, por favor.

—Quítate hombre.

Con fuerza lo lanzó para abrirse paso hacia la salida. El pelinegro suspiro con fuerza y de pronto miró a su hijo Alex quien lo miraba con los ojos llorosos.

—¿Por qué papá te trata así, papi? — preguntó el niño entre lágrimas.

—No llores cariño — murmuró caminando hacia él —. Solo ha tenido malos días.

Ilaik123456789

𝑳𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora