capitulo uno.
“dia marcado”
Alana a sus 22 años le había dado un cambió de ritmo a su vida después de tanto, o mejor dicho alguien le había dado un empujoncito para hacerlo.Su situación era difícil, económicamente como familiar, estaba en la ciudad completamente sola, lejos de todos sus conocidos pero experimentando algo nuevo y que había soñado durante mucho tiempo.
Vivió en el departamento menos poblado de la provincia de Entre Ríos con sus padres, Miguel y Juana, ella hija única, por esa razón de cuan acostumbrada estaba a tenerlo todo, por más que costará mucho. No eran una familia adinerada y si se podía ubicar en una posición, apenas llegaba a la clase media, muy apenas, aunque eso no fue un impedimento para que los dos padres de Alana trabajarán duro y darle hasta lo imposible a su única, agradecida hasta el día de hoy estaba la chica, porque era quién era por ellos y para ellos.
Alana no tuvo muchas pasiones de niña, salvó lo que le había inculcado su padre la pasión por los colores de River Plate, aunque era claro que a sus 5/14 años Alana no entendía mucho todo aquel mundo que podía alegrar o entristecer a su padre, hasta que le prestó más atención, al mismo tiempo que empezó a llamarle la atención a la fotografía, dónde nació su nueva pasión personal y por lo que también debía agradecer dónde estaba ahora, además de sus padres y alguien extra.
Lo que empezó como un pasatiempo se convirtió en algo que quería pasar la vida cerca de eso, Alana había hecho muchos cursos para hacer profesional sobre la fotografía y mucho más fue cuando su papá le había regalado una camara profesional para su cumpleaños número 20, de ese momento ella batalló mucho por encontrar algo que hacer con eso que amaba.
En busca de algo mejor se la había jugado para venir a la capital y repartir algunos currículum, sin días de descansos y trabajando de algunas cosas que no le gustaba solo sustentar el gasto de la habitación de alquiler que pagaba, así ocho meses después llegó su oportunidad, después de ser rechazada de un lado y del otro.
Por alguien cercano a ella y por parte de su madre, llegó a tener un pequeña ayuda para pudiera tener una chance de que pueda estar como fotógrafa del club, claramente por contrato y solo a prueba ya que el club contaba con sus fotógrafos oficiales.
Sin dudar no iba a despreciar esa oportunidad y ahora estaba ahí, más enamorada que nunca del club, de la gente que trabajaba ahí con mucho amor y ganas y mucho más de los jugadores que defendían actualmente los colores del club... Pero siempre está ése jugador al que destacas más y aprecias más, y Alana no había elegido al más fácil de amar, porque en él había subidas y bajadas pero ella estaba con fe puesta siempre.
Había estado en una noche de copa y unos 5 partidos de la superliga, por ahora, habría entrado hace un mes, en eso pudo estar más cerca de lo que creyó de los jugadores para tomar fotos, pero nunca nunca había hablado con ninguno más que un “Gracias” después de sacar alguna foto o pidiendo para que tenga la mejor pose. Para su suerte, había quedado en la temporada donde la copa estaba en marcha y casi que pasaba más alrededores del club, Ezeiza que en su mini departamento vacío, como aquella noche que le tocó estar en la vuelta de Borré, y con vuelta se refería a marcar gol después de una larga sequía.
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Pasiones | RB. [1]
FanfictionAlana tenía claro sus pasiones: la fotografía, su equipo, esos colores y dentro de ello también lo ubicaba a él, rafael santos borré. #1. Pasiones. #2. Pasiones y amores. #3. Promesas.