Pasiones | RB. [1]

11

capítulo once.
“lo que queda”

Alana.

Me impresiona que Rafa no me haya apartado de un empujón o solo agarrar mis hombros para decirme “No, de ninguna manera” pero eso no sucede. Tengo los labios de él sobre los míos, sintiendo, saboreando por primera vez, después de haberlo soñado tantas veces.

Y me besa como la gran puta, lo sabía porque lo sentía besarme de la misma forma, ¿con esa desesperación que yo tenía? tal vez un poquito, pero algo es algo. Aunque suene raro, soy yo la que termina alejando mis labios de los suyos, miro los de el brillosos y cierro mis ojos para apoyar mi frente a su mentón, el no se mueve y yo estoy pensando que sin esas cervezas extras, nunca nunca me hubiera animado a besarlo pero lo hice, y pedí perdón, nuevamente.

A pesar que Rafael me había dicho que deje de hacerlo.

30 de septiembre.

El día siguiente tuve que volver a realizar mi trabajo y eso significaba tratar de esquivarlo, con razón, después del beso y la bajada del alcohol me entró una vergüenza y hasta ganas de renunciar, pero no lo haría.

El beso estaba hecho y cuando nos separamos anoche, quedamos en que eso no había pasado, nuevamente le agradecí a Borré por haberse preocupado por mí y él se fue. Recuerdo su cara y como estaba confundido, muy confundido, hasta creo que él también sentía vergüenza, no lo culpo tal vez solo se dejó llevar por el momento pero sé que sentía culpa por su mujer... En lo que menos había pensado yo.

—Alana —reconozco perfectamente esa voz y pienso hacer que no la escuché, trato de seguir caminando al mismo ritmo pero me veo caminando más rápido—. ¡Alana, Alana!

Cierro mis ojos y me freno a espaldas siento sus pasos y finalmente me giro para verlo a Rafael llegando, aún con su vestimenta de entrenamiento así que pienso que solo corrió por mí, ya que la práctica reducida en las canchas del Monu, había terminado recién, razón por la cual yo ya me estaba alejando.

—Ah... Hola Rafael. —saludo fingiendo cuando lo veo frenarse en frente mío.

—¿Hola? ¿Cómo estás? —cuestiona y se que él lo está haciendo muy forzado y que probablemente yo ya estaría roja de mejillas, lo siento.

Y que vergüenza de nuevo, mi mente me juega una mala pasada y recuerdo el beso de anoche. Por Dios, basta.

—Bien, bien. —contesto y por momentos empiezo a sentir picazón por todo el cuerpo, hago una mueca para que no se note y juego con la cámara—. ¿Vos?

Borré es mucho más vivo y lo noto, noto su ceño fruncido y como desaparece al instante, al final termina sonriendo de lado pero sé que quiere hacer que no se dió cuenta que no quería hablar.