Casa

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Después de haber salido del hospital me encontraba aún algo molesto con Jimin ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría invitar a su casa al alfa que tanto lo hizo llorar y le lastimó?

Solo a Jimin se le ocurría hacer estas cosas, estaba tan molesto, al parecer él estaba disfrutando más de la compañía de aquel alfa ¿acaso estaba pensando cambiarme por el? ¿por qué me entristecia pensar en eso? Después de todo siempre tuve presente que esto podría suceder.

Me encerré en la habitación comenzando a sollozar, me sentía tan estupido ¿por qué el orgullo me podía?

Me miré al espejo con una mueca viendo las marcadas ojeras que tenía, cuidar a un omega en embarazo no era un trabajo para nada fácil, odiaba dejarme afectar tanto por las situaciones de mi vida. Decidí salir de la habitación e ir por Jimin pero me detuve en medio de las escaleras al ver lo que estaban haciendo esos traidores.

-- ¿disfrutan el beso?

Dije en un tono lleno de burla mientras me cruzaba de brazos, mi lobo estaba lloriqueando por ir hacia Jimin y abrazarlo protegiéndolo de ese alfa, pero no, ya no más.

-- vete al demonio Park Jimin.

Gruñi y sin más salí de la casa, debía ir a desahogarme con algo, no soportaba estar más tiempo en ese lugar que creía mi hogar.

Mi Cachorro, Nuestro Cachorro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora