Capitulo 4: 1/2

624 39 2
                                    


Todo lo veía negro. Sintió como la ira y toda la tristeza que había sentido, se acumulaba como cuchillos empregnados en su piel, como si de repente, toda pizca de felicidad, fuera devorada por rencor. Como si su alma, se perdiera entre tanta oscuridad.

Nunca hubiera pensado que sería tan difícil resistirse a esa voz que era el reflejo de su mismísima perdición. Esa voz que lo había condenado, que lo había absorbido y disecado.

《—Adrián... ¿Me oyes?》—Escuchó a través de sus oídos, de su mente, esa voz. Casi quiso reír irónicamente, pero estaba en su poder. Estaba petrificado.

《—No deberías haber hecho eso, no iba para ti. 》—Suspiró amargamente. Entonces ¿Qué debería haber hecho? ¿Dejar como akumatizaba por su culpa a su gran amiga sin siquiera poder hacer nada? ¿Quién demonios se creía que era?

《—Bueno, también me valdría... escúchame atentamente, tu nombre será...》—Lo interrumpió con una risa tosca.

—Cuánto tiempo sin oír tus sandeces, padre.—Lo escuchó, y una sonrisa tenebrosa y victoriosa se tornó entre los labios de Lepidóptero.—Supongo que no le debe importar lo suficiente su hijo como para exponerlo a tal peligro solo para satisfacer sus necesidades ególatras y maquiavélicas ¿Cierto, señor Agreste?—Habia caído, su plan estaba dando sus frutos. Quiso que pensara que había sido muy descuidado, porque él en realidad, lo sabía todo.

Y lo había hecho a propósito.

《—Oh Adrián, querido hijo, no es lo que crees... es más de lo que crees. 》
Dijo aquella última frase con una pizca de maldad, a la que el rubio, no se sorprendió, pero si lo desestabilizó, nunca hubiera pensado aquello pero...

Él lo había planeado todo.

Lo iba a utilizar como una herramienta.

Solo era un objeto sin valor para él.

《—Hago todo esto por una buena razón, hijo. Y esa razón nos concierne a los dos, solo te diré, que volveremos a ser una familia...

—¿Familia? Mi única familia era mi madre, tú no eres nada para mí, ya no.—Afirmó con una frialdad intensa. El señor Agreste casi se le escapaba una risa irónica.

《—Te sorprenderás... y rogarás someterte a mí si supieras con qué fin hago todo esto. Pero ahora, estás bajo mi poder... Chat Noir.》—"¿Qué?"—Pensó éste con ahora, el cuerpo tenso y sus manos formando puños de rabia. ¿Cómo... cómo demonios sabía de su identidad? ¿Qué era lo que había pasado?

—"Puede que no pueda resistirme a ti, pero ten por seguro que estos sentimientos negativos, son debidos a ti. Tú eres mi meta. Tú eres la razón de este akuma. Así que debo acabar esto. Iría a por él."—Pensó, dejándose llevar ahora por el akuma con el corazón en un puño. No sabía si lo que tenía pensado iba a funcionar, no sabía si podía controlar su dolor. Lo que si tenía en claro, es que no iba a decepcionar a su lady, ni a París, ni a sus amigos, ni así mismo.

Le echó una última mirada a Marinette, que lo observaba asustada y paralizada. Aquello removió su corazón y lo ánimo por unos segundos. Antes de transformarlo, pudo decirle unas breves palabras, que quedaron en el aire y las atrapó desesperada.

—Todo estará bien, huye.—Entonces una especie de brecha negra lo cubrió haciendo que ésta escapara rápidamente, con lágrimas en sus ojos.

Iba a salvarlo, sea como sea, iba a ayudarlo.

Se escondió detrás de unos edificios después de atravesar unas cuantas manzanas y sacó a Tikki de su bolso exaltada.

—¡Tenemos que ayudarlo! ¡Tikki, puntos fuera!—No dejó siquiera que Tikki pronunciara palabra alguna, debía actuar rápido si quería que Adrián volviese a la normalidad. Y algo le decía... que ésta batalla, sería el desenlace de todo. Que Lepidóptero, tenía otro plan explosivo. Y que el mundo dependía de lo que iba a ocurrir hoy.

Entonces, nada más transformarse, fue sobresaltada por una enorme esfera blanca enfrente de sus ojos, en ella, salió Bunnix, algo alterada.

—¡Ladybug! ¡Está pasando algo muy grave!—Se dirigió a ella torpemente haciendo que se cayera al suelo, en eso, Ladybug le ayudó a levantarse extrañada por su torpeza. Pero no era el momento de darle vueltas a este tipo de cosas, debía salvar a Adrián.

—¡No es el momento Bunnix! Una persona está akumatizada... ¡D-debo salvarlo!—Quiso enrollar el yoyó en aquel edificio, pero entonces un látigo
que a saber donde salió—hizo que el yoyó se cayera al suelo haciendo perder el equilibrio a Ladybug.

—¡Eso puede esperar! Debo decirte algo muy importante que puede desencadenar el fin de la humanidad. Y lamento decirte Ladybug del pasado, yo no soy Bunnix, me llamo Champire. Soy una fusión del miraculous del murciélago y del camaleón.—Frunció el ceño confundida. No conocía a aquellos miraculous, debían pertenecer a otra caja con otro guardián.

—¿C-cómo? ¿Y por qué te ves así?—Se veía exactamente igual a la transformación de Alix con el miraculous del conejo.

—Es uno de mis poderes.—Dirigió su mano hacia su cinturón en donde éste contenía un botón, lo pulsó, y una imagen borrosa de su verdadero aspecto se presentó durante unos segundos, pero ésta volvió a pulsarlo y desapareció.

—El poder del camaleón es tener la capacidad de copiar el poder de cualquier miraculous que sea tocado por mi látigo. A eso he venido a decirte, ladybug. Pasará algo que no debería ocurrir ¡Tenemos que pararlo o entraremos en una tremenda Apocalipsis!—La cogió de los hombros y siguió diciendo con voz alterada.—Te arrebatarán la caja de los miraculous que contienes y en el futuro hemos tenido que intervenir otros guardianes con otros miraculous para ayudar a parar todo esto. Se supone que eso no debería haber ocurrido, pero pasó de repente alterando nuestro futuro. Todo empezó cuando robaron el de Bunnix en el futuro debido a un error mío, por suerte pude tomar prestado su poder antes de aquello y venir al pasado para avisarte. Quién tiene el miraculous del conejo ha... ha desvelado a Lepidóptero del pasado donde contenías la caja.

—Espera... eso no puede ser... ¡Nunca se lo dije a nadie! ¡Eso significaría que...!—Quiso decir pero Champire le terminó la frase.

—Al haber fisgoneado y jugado a través del tiempo ha podido ver cosas, ha podido descubrir todo. Saben donde está, saben quien eres.—Sus sospechas se confirmaron.

—¿Y cuando y cómo ocurrirá eso? ¡Hay que pararlo como sea!—Exclamó  perdiendo los nervios una vez más. Estaba perdiendo los cabales ¿Qué le pasaba? ¿Por qué actuaba de esa manera tan nerviosa y ansiosa? ¡Debía calmarse por el bien del mundo! ¡Todo dependía de las decisiones que tomara!—Debo llamar a Chat Noir, se está tardando y vamos a necesitar su ayuda.—Tomó su yoyó pero ésta se lo apartó.

—Debemos parar a quien será el responsable de que esa caja caiga en manos de Lepidóptero.—Ladybug la miró intesamente esperando saber cual era la respuesta. Pero al ver la situación, lo intuía, quien iba a ayudar a condenarlos a todos sería...

—Chat Blanc.

Pero definitivamente se esperaba todo menos eso.

Chat Blanc (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora