capitulo 2: 2/2

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-Hijo, quisiera hablar contigo-. El rubio se mordió los labios fuertemente intentando guardárselo todo para no reprocharle lo que pensaba de él. Apenas podía mirarlo a la cara, no podía llegar a entender tal comportamiento. Él tan solo... él tan solo era un monstruo.

-¿Qué quiere?-Preguntó sin darse la vuelta, intentando fingir que seguía leyendo ese cómic.

-¿Por qué me tratas de repente como usted? Soy tu padre-No, él no era su padre. Jamás lo fue. Solo quería hacerlo sufrir.

-Te trato con la misma frialdad que me transmites, padre-. Dijo secamente dejando el comic ruidosamente en la mesilla y se dio la vuelta por fin, para encarar a su padre.-Ve al grano ¿Qué me quieres obligar a hacer ahora?

-¿¡Como te atreves a hablarme así?! Venía porque estaba preocupado por ti, has estado actuando raro desde hace días, y tanto los profesores de piano, chino, esgrima y los fotógrafos de mis sesiones han visto en ti un bajo rendimiento ¿Que te está ocurriendo?-Rió irónicamente. Ahora entendía el porqué había venido. Estaba dejando de ser "el hijo perfecto del gran diseñador de moda, Gabriel Agreste" y aquello afectaba a su querida reputación. Así era siempre él, un egoísta sin corazón.

-¿Ahora te preocupas por mí? ¿Desde cuándo te he importado?-El rostro de Gabriel tomó una expresión incrédula. Estaba harto de tener que aguantar sus niñatadas. Pensó que ya estaba levantando cabeza, que era perfecto, que haría lo que el siempre quisiera. Pero se parecía demasiado a su madre, aquello, era un problema. Y no iba a dejar que fuera un estorbo.

-Siempre me ha importado ¡Te estás comportando como un completo inmaduro! No te creía así-. Esas palabras hicieron estallar al rubio a gritos.

-¿¡ASÍ?! ¿ASÍ CÓMO, PADRE? ¿QUERIENDO CUMPLIR TODO LO QUE ME DECÍAS SIMPLEMENTE PORQUE ME TENÍAS AMENAZADO CON QUE ME ARREBATARÍAS ALGO QUE QUISIERA? ¿QUERIENDO ESFORZÁNDOME TANTO POR QUE SOLO QUERÍA QUE ME DIJERAS QUE ESTABAS ORGULLOSO DE MÍ O QUE ME QUERÍAS?¿COMER SOLO PORQUE TÚ TENÍAS DEMASIADO TRABAJO? Eso... ¡No es lo que hace un padre!-No pudo aguantarlo más, su rostro se empapó de lágrimas que creía ya gastadas. Lo peor de todo, era que su supuesto padre, al verlo así, mantuvo su queridísima cara de póker, sin ningún signo de preocupación hacia él. Lo único que escuchó de sus labios, fue un suspiro mostrando molestia.

Aquello lo terminó de romper.

-Cuando dejes el drama, volveré a hablar contigo. Y más te vale no haber hecho los deberes, porque ni siquiera vas a volver a pisar el instituto. Te lo advertí, me desobedeciste. Éste, es tu castigo-. Abrió la puerta y la cerró de un portazo. Adrián se derrumbó resonando sus rodillas contra el suelo ruidosamente, aquello provocó que le empezarán a arder, pero nada inportaba ahora mismo. Ni siquiera ese dolor tenía punto de comparación a todo lo que estaba sintiendo ahora. Quería desaparecer, quería dejar de ser infeliz, quería volver a reír.

Le encantaba reír.

-Adrián...-Sintió una calidez en su pecho, Plagg lo estaba abrazando, o por lo menos, intentándolo, sabía que no sabría lo que decir. Apenas estos días habían estado hablando, Plagg le pidió que debía comunicarle a ladybug su descubrimiento, pero éste, le pidió tiempo para que intentara recomponerse. Pero aquello sólo había sido una excusa. Por dentro de él, no quería creer que su padre fuera tan sumamente malvado. Pero después de esto, toda duda, terminó muriendo para él, llevándose su felicidad.

Estaba solo.

Pero lo recordó.

"Solo te diré, que no estás solo, y que la vida a veces puede ser complicada, pero algún día saldrá el sol, te lo puedo asegurar".

¿Debería creerla?

Podría haberlo dicho simplemente para hacer que se sintiera mejor. Ya no sabía que demonios pensar.

Pero... a pesar de todo, quería aferrarse a un mínimo de rayo de luz de esperanza, aunque fuera pequeño, necesitaba creer en algo, necesitaba seguir adelante. Solo... quería reír, y había sido aquella ojizaul la que lo había conseguido.

Todavía existía la esperanza.

Y no quería dejar de creer en ella.

***

-Ladybug, necesito hablar contigo-Dijo aquel rubio nada más llegar y verla a ella, a su otro recuerdo doloroso. Como cada noche, se habían encontrado en la Torre Eiffel para vigilar París de futuros villanos; pero necesitaba su ayuda. Necesitaba... aferrarse a un sentimiento cálido. Necesitaba dejar todo lo referente a su padre a un lado.

-Te gustaría... ¿Te gustaría dar un paseo y tomarnos un helado de André?-Preguntó algo dudoso e inseguro. Suplicaba su sí, suplicaba felicidad, ansiaba amor.

-Chat Noir... sabes que me gusta otra persona, y los helados de André son para enamorados-. Otro crack en su corazón se escuchó fuertemente dentro de él. Como cada vez que decía esa frase. Estaba cansado de escucharlo.

-No tenemos porqué tomarnos uno juntos... tomemos uno por separado, por favor, lo necesito-La ojiazul lo miró extrañada, tenía razón desde el principio, algo le ocurría a Chat Noir, no estaba segura si preguntarle fuera lo correcto, por lo que decidió aceptar su propuesta para intentar ayudarlo.

-Entonces... está bien, pero debe ser rápido, tenemos que patrullar París ¿De acuerdo?-El rubio asintió con una pequeña sonrisa. Lo había conseguido.

¡Había dicho que sí!

No tardaron en llegar y pedir un helado sólo de un sabor; el rubio sabor mora y la ojiazul; menta.

Aunque no cayeron en cuenta de que cada sabor le correspondía el uno del otro.

-Chat Noir-Giró su mirada hacia su lady curioso mientras saboreaba ese helado tan sabroso, ésta de repente se rió.

-Tienes... helado ahí-Señaló en su comisura de lejos,pero el rubio pensó que estaba en su lado izquierdo.

-¿Se quitó?-El rostro de Chat Noir de repente le pareció super gracioso y tierno, pocas veces podía ver ese lado inocente de él.

-Aquí, gato bobo-Cuando Chat Noir sintió su contacto en la piel, su corazón se paró ¡Le había limpiado en la comisura del labio! ¡Y se lo había llevado a la boca para saborearlo!

-Mmm... prefiero la menta, pero no está mal-Al hacer eso, abrió los ojos como platos sorprendida. Había hecho aquello sin pensar ¡Oh dios! Ahora que lo pensaba... ¡Había sido demasiado erótico!

Posiblemente se había pensado que había sido demasiado atrevida... no debería hacerle ilusiones, no estaba enamorada de él.

-¿Q...q-ué querías decirme?-Preguntó éste con un breve balbuceo, aún con sus mejillas en ebullición.

-Oh sí... quería preguntarte si te habías sentido mal estos días o notado algo raro.-Aquella ojizaul seguía preocupada por lo ocurrido de esta mañana. Debía estar pendiente de él ya que sería la única manera de poder averiguar como remediar tal suceso. Sin el libro descodificado en la tablet, será más difícil resolver los problemas. No sabía como hacer frente a la situación.

-No... ¿Por qué lo preguntas?-¿Acaso Ladybug había descubierto lo que le había ocurrido ésta mañana?

-No... por nada-Desvío la mirada hacia el frente, casi terminándose su helado, pero éste la miró dudoso.

Tenía que decirle su descubrimiento.

No podía dejar que su padre se saliera con la suya.

-Ladybug-Se levantó no sin antes, terminarse el helado. En todo este momento, no había intentado hacer bromas ni coquetear diciendo "Mi lady" aquello la extrañó, pero supuso que cuando hacía eso, era porque la situación era seria. Algo pasaba.

-¿Qué ocurre?-Se puso delante de él.

-Descubrí quién es Lepidóptero.

Chat Blanc (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora