Capitulo 6: 1/2

402 24 0
                                    


Debía apoderarse de ese miraculous. No importaba nada, ni nadie. Su rostro sólo se enfocaba en una cosa:

Ladybug.

Había sido difícil de por sí aguantar y resistir las intrucciones de Lepidóptero mediante la akumatización, pero ahora era completamente imposible no someterse a tal poder. Tenía dos voces en su cabeza que le ordenaban por doquier, provocando que enloqueciera en cada segundo que pasaba. Y es que cada vez que intentaba concentrarse para liberarse, le empezaba a doler punzadamente el corazón. Se sentía como si su verdadero yo estuviera atrapado, encarcelado en una parte de su mente, y su cuerpo se moviera y actuara a su propia voluntad.

No podía hacer nada.

—Chat Blanc. Guíame hasta la guardiana de los miraculous, guíame hasta ladybug.—Internamente al escuchar eso quiso reír. Claro ¿Y era adivino no? Se supone que el tenía el miraculous del conejo, ha podido ver a través del tiempo quién es y donde vive Ladybug.

—No sé quién es ni donde se encuentra.—Su boca hablaba por si sola, él no le quería decir nada, pero no tenía elección, no podía controlarlo.

—La conoces muy bien. Es más, mientras hemos estado caminando y provocando el caos en los habitantes de París, me has conducido a su casa inconscientemente.—Miró hacia su derecha y el rubio copió su gesto.

Y de repente todo empezó a derrumbarse.

Su corazón empezó a doler como nunca antes solo al mirar aquel edificio. Ese edificio en donde vivía su gran amiga que tiempo atrás le había ofrecido su gran apoyo.

Marinette.

Y todo empezó a cobrar sentido cuando vio a Ladybug salir de su balcón junto a... ¿Bunnix? ¿No se suponía que Félix era el que tenía el miraculous del conejo?

—Entonces para que dices nada si estábamos ya aquí.—Su boca habló por si sola, empezó a sudar, las venas de su cuello empezaron a hincharse del dolor, esto era demasiado. Ladybug... ¡Ladybug no podía ser Marinette!

—Me parecía divertida la situación, mis disculpas Chat Blanc. Pero ya sabes lo que tienes que hacer.—Sin previo aviso, convocó un Cataclysm para destruir parte del edificio. Ladybug y Bunnix saltaron sorprendidas, no se habían dado cuenta de su presencia. Ya en el suelo, Ladybug miró a Chat Blanc con una mirada cómplice.

Entonces, era verdad. Él era Chat Noir. Él, el amor de su vida había sido aquel gato bromista, coqueto, a veces pesado pero fiel compañero. Nunca lo hubiera adivinado por sí sola, los había visto tan diferentes, para ella era la última persona que creía que fuese la forma civil de Chat Noir.

Pero lo extraño de aquello era que si no fuera por ésta terrible situación que se manifestaba en aquellos instantes... esa revelación la habría hecho feliz. Una reacción que no se esperaba por parte de ella, pero se había dado cuenta del brillo y la bella persona que se fundía en el interior de Chat Noir desde hace tiempo atrás a pesar de sus tontas peleas, y más tras estos sucesos en los cuales su comportamiento se había decaído, lo que provocó que echara de menos aquel gatito molesto. Pero la pregunta del montón era... ¿Identificada a Chat Noir como Adrián? ¿Eran tan diferentes como ella creía o es que su ceguez y obsesión por Adrián hizo que no se diera cuenta de lo parecidos que son?

—Mini ladybug. Y... vaya, cuanto tiempo falsa Bunnix... casi 40 años sin vernos.—Aquella broma habría hecho gracia si no fuera por el ser que la formulaba. La peli castaña preparó su látigo y los shuriken que se acomodaban en su cabello, aquella era el arma del miraculous del murciélago. Sus manos temblaban en el acto, pero ladybug le lanzó una mirada tranquilizadora, si algo había aprendido es que no había que perder los estribos a pesar de tan desastrosa situación, porque cada paso, era clave para resolver este grandísimo conflicto.

Todos dependían de ellas.

—Oh... ¿Ahora estás de parte de la ladybug niña? Pensaba que querías proteger a tu familia, pero lo único que conseguirás es una destrucción más mortífera de tus seres queridos. Deberíais darme esa caja que atesoráis en vuestras manos. No deberíais negaros, todo será más fácil si me dais vuestros miraculous.—Quiso acercarse levemente, pero ésta lanzó uno de sus shuriken para que retrocediera.

—Ni se te ocurra Félix.—Su mirada era tan penetrante que daba miedo. Éste quiso reír pero Ladybug sin previo aviso lo quiso enrollar en su yoyó pero consiguió esquivarlo.

—Eso es trampa lady niña. No deberías interrumpir nuestra conversación. No sé porqué te alías con ella, por su culpa puede significar vuestra futura destrucción. Que lástima...

—¡Chat Noir! ¡No le hagas caso por favor! ¡No te pueden controlar así de fácil! ¡Eres la persona más bondadosa y valiente que he conocido en mi vida! ¡No dejes que te manejen como un títere!—Ella se acercó a él ignorando por completo lo que aquel odioso rubio tenía para decirle. En cambio Chat Blanc, no mostraba expresión ninguna. A menudo emitía una mueca de dolor, extrañamente sentía un dolor constante cada vez más poderoso. Quería librarse de él, ayudar a su lady y acabar con esto de una vez.

Pero no podía.

—¡No Ladybug! ¡No puede oírte! ¡Ese Miraculous es el doble de potente que una simple akumatización de Lepidóptero! y si ya de por sí lo están controlando los dos a la vez... es imposible...—Dijo aquello último con voz quebrada pero inhaló el suficiente aire para explotar su rabia contra el que sería su familiar.—¿¡Por qué no lo dejas en paz?! ¡Si sigues así puedes llegar a destruirlo! ¿¡Qué mierda te pasa?! ¡Es tu jodido primo! ¿No tienes ni una pizca de cariño a tu familia?—Las lágrimas empezaron a desbordarse sobre las mejillas de la joven. Ante aquello el corazón de ladybug empezó a descomponerse. Ese Miraculous podía destruirlo... él... no... no podía... ¡No podía morir!

—La única persona que me importa es la que se me arrebató a los 14 años.  ¡Mi deseo es que vuelva a la vida y cambiar el futuro infernal en el que vivo! ¡NO ES JUSTO QUE EMILIE VOLVIERA! TODO SIEMPRE GIRA EN TORNO A ADRIÁN... ¿¡CUÁNDO VAN A GIRAR PARA MÍ?!—Gritó desgarradoramente atacando en el acto a Champire. Fue tan repentino que no pudo esquivar su ataque y fue estampada contra la pared.

—Chat blanc. Consigue esa caja ¡YA!
—Aquel asintió dirigiéndose hacia Ladybug. Pero ladybug... también era Marinette.

Marinette... Ladybug.

Y fue entonces cuando sucedió.

Una parte de su mente empezaron a transcurrir imágenes desde el primer día que la conoció hasta cuando la salvó de aquel akuma.

Y ahí se dio cuenta, de que ese akuma... seguía ahí. Siempre había estado ahí.

Pero ahora le pertenecía a él.

Y aquel iba a ser la clave de todo.

《—Marinette... me pedistes que luchara frente a la marea... aquí estoy. 》

CONTINUARÁ...





Chat Blanc (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora