Hasta nunca mi amor, y por siempre mía.

El Carnaval del Óxido

Prologo

¿Alguna vez se han preguntado por qué a muchos nos gusta más la noche que el día? Podríamos enumerar miles de razones por las cuales disfrutamos más de aquellos lugares en los que la luz no es necesaria para que los momentos sean inolvidables; tal vez la clandestinidad y las sombras que nos acompañan en aquellas experiencias desconocidas es lo que hace que esperemos que se oculte el Sol para realmente disfrutar de la vida.
Las ciudades se transforman totalmente, la gente parece adoptar otra personalidad y nuestra conducta es más bien retadora, somos una especie de licántropos dispuestos a enfrentar retos y a tomar decisiones que en otras circunstancias jamás experimentaríamos. La oscuridad suele ser cómplice y el aderezo perfecto de lo imaginable.
Nosotros somos partidarios de esas aventuras, de ponerle leds a las llantas de la bici para hacer un recorrido por toda la ciudad, de tal vez colarse en una fiesta en la que conocerás a tus próximos mejores amigos o de aventarte a pedirle su número a esa chica a la que todos ven pero con la que nadie se cerca a platicar. La oscuridad también está hecha para los que no tienen miedo a la hora de enfrentarse a retos, los que jamás se dan por vencidos.
Gocemos juntos de esos momentos en los que la luz no es importante para simplemente disfrutar de los detalles de la vida que parecen insignificantes, esos que siempre llevamos en el corazón y que nos hacen siempre estar en espera del final del día, los que provocan que esas horas parezcan eternas.
Esto sucede en la oscuridad...

Estoy tirado en el suelo, se nota donde enterraron el cuchillo y me cortaron la cara, se notan los dientes, en vez de rostro hay carne expuesta y te atormentan dos huecos en donde deberían estar mis ojos.
Mis compañeros me estuvieron buscando y me encontraron como un símbolo.
Quisieron arrebatarme de los míos, para robarles la memoria,para matarme,borrarme de aquí y para siempre. Pero yo vivo, vivo cuando mi madre llora y pronuncia mi nombre con la voz entrecortada en un funeral repleto de familia y amigos multitud doliente que los supera el terror y confiesan que entre ellos vivió alguien, un joven al que conocieron, al cual veían y querían ver... ese que es recordado entre sufrimiento y dolor, en su cariño y en sus recuerdos.

Un crimen tan atroz al que quisieron convertir en ejemplo, sin embargo, vivo en una lagrima de rabia, en un puño alzado, en un paso firme que marcha sobre el enemigo, vivo en tu resistencia, vivo en tu protesta, en tu compromiso y en tu esfuerzo, júrame que no te rindes, pero júramelo a los ojos, mira carne la sangre y los huesos en los que me dejaron y contempla la mirada fija de quien alguna vez fui, estudiante, amigo, compañero, padre, Hermano...

Siento como la vida de mi cuerpo es arrancada, negada, y limitada, intento luchar por ese ultimo sentimiento que siento por ella, es lo único que me queda, veo como se la llevan, mi vista es borrosa y cada vez me es mas pesado respirar.
¿Quien soy?, No es relevante, ahora lo que me queda mientras me ahogo en mi propia sangre es un inmenso mar de recuerdos borrosos que en su mayoría son dolorosos, me siento cansado y poco a poco mi respiración es mas lenta, siento una enorme necesidad de dormir, anunciando la llegada de la muerte, quiero re encontrarme a solas con los sueños que perdí, cierro los ojos y me encuentro con un recuerdo salvaje, obscuro y hostil, un recuerdo que consideraba enterado en el fondo de mis memorias.
Por alguna extraña razón regresaba de un largo recorrido a pie por la ciudad, caminaba tranquilamente por la avenida cuando, una suave combinación de notas sublimes y casi imperceptibles, me hizo recordarla, era nuestra canción, la canción que tanto nos unió, la cual cantamos tantas veces en noches azules, y bailamos como dos ebrios en la recámara, entonces levanté la vista y todo se volvió gris de nuevo... El cielo a la distancia, el sol en mis ojos, la luz bajo mis pies, e incluso el color de mis manos se volvió gris...

La lluvia anunciaba su llegada mientras la tarde daba sus últimos rayos de esperanza, dí mi último aliento mientras la primeras gotas comenzaban a caer... caí de rodillas, golpee el suelo con toda mi fuerza y grite con toda la fuerza del alma, la desesperación de una esperanza quebrantada, el dolor de un corazón roto y la euforia de un cuerpo cansado...
No podía creer que estaba muerta, la mujer a la que tanto amé, ese hermoso ser, la obra de arte biológica mas hermosa que había visto en mi vida, alcancé a decir con mi ultimo aliento su nombre: Thamara no...
Estaba llorando, estoy roto, estoy cansado...
Sin embargo... Soy inquebrantable...
Y ésta es mi historia.