Hasta nunca mi amor, y por siempre mía.

Capitulo 4: La reina de la noche

"Contigo no le tengo miedo ni a la misma muerte, contigo vida es tan sencillo hacer las cosas bien y pase lo que pase siempre dormiremos juntos, contigo si me veo en 100 años, aún amándote"

Es un 29 de mayo del 2016, yo iba en camino a la casa de Thamara, en un taxi, llevaba conmigo un ramo de rosas blancas, hubiese conseguido verdes, dado que era su color favorito, si tan solo existieran, estaba nervioso, no sabía si me veía bien o si le gustaría la sencillez de mi regalo, con cada metro más cerca de su casa, mi corazón se aceleraba, llegué, pague el taxi y baje de aquel auto, me acomodé la chamarra y con el pulso tembloroso, llamé a la puerta, mi corazón parecía que estallaría, a los pocos minutos, una señora abrió la puerta:

- si? A quien busca?
+ Buenas tardes (dije con la voz temblorosa), se encontrará Thamara?
- claro, pase

Mis piernas temblaban y apenas y podía mantenerme en pie.

+ Gracias

Avancé lentamente y me dirigí a la pequeña carpa que había en el patio de su casa, ella cumplía 14 años, poco a poco me fui acercando a la entrada de aquella carpa, y ahí estaba ella...
Con su hermosos chinos color chocolate, una chamarra de cuero roja, la misma chamarra que usaba cuando nos conocimos, no una similar u otra igual... LA MISMA... estaba sentada en una mesa, en la esquina de la carpa, comiendo pepitas, muy atenta elegía cada una, juzgándolas para obtener el mejor bocado, yo, más nervioso que un perro Chihuahua, me detuve a la entrada y me recargue en un tubo de la estructura, por alguna extraña razón, me parecía relajante verla comer, sentada ahí, despreocupada de todo, al final, éramos un par de niños jugando a un "para siempre"

+Sabes? Me parece tierno el como escoges las pepitas antes de comerlas

Le dije en voz alta, había pasado mucho tiempo en el tubo y no tenía ni idea de cómo acercarme a ella, además que todo el mundo me comenzaba a ver extraño.
Ella alzó la mirada, abrió sus hermosos ojos en señal de sorpresa e hizo una reacción característica de ella, inclinó un poco la cabeza mientras alzaba una ceja y con la mano en la boca, comenzó a sonrojarse, se levantó lentamente de la mesa y caminó lentamente hacia mi, se veía hermosa, cuando estuvimos frente a frente, me abrazó y terminó de masticar su bocado, fue lo más hermoso que eh visto

+ Mira mi amor, te traje unas flores
- gracias cariño, están hermosas, ven, siéntate conmigo, debes tener hambre, te traeré algo de comer
+ Gracias amor, vamos te ayudaré

Tome su mano y fuimos a la cocina, servimos 2 platos, nos sentamos a comer, entre risas y anécdotas, la tarde de fue consumiendo y comenzó a llegar la noche, su madre y ella tenían la costumbre de poner un Karaoke, así que a las 7 en punto comenzó el karaoke.
Ambos, con la presión social de tener que cantar en el karaoke, dado que todo ya habían al menos cantando una canción o al menos estaban haciendo el intentó, Thamara y yo acordamos cantar nuestra canción, la canción que nos unió tanto y la que es testigo de la gran mayoría de los recuerdos juntos, esa canción que de convirtió en un símbolo para ambos: Contigo - Calibre 50, ella comenzó a cantar tan tierna como siempre y cuando fue mi turno, no me salía la voz, mucho menos los tonos, pero no importo, estaba con ella, era lo único relevante de esa noche, cantamos tanto y tantas veces que al final de la velada nos la aprendimos, justo en ese momento cuando la canción terminó, sip de inmediato que era ella, la mujer con la que queria pasar toda mi vida, la única que amaría en verdad.
La única mujer, dueña de mis suspiros, ladrona de mis palabras y posedora de mi corazón.
Ahora ese día no es más que un recuerdo en mi mente.
Conducía de regreso a casa mientras tenía en mente ese hermoso recuerdo, busqué nuestra canción, la reproducí a todo volumen y la canté con toda mi fuerza, una y otra vez, con el llanto en los ojos, desabroché el cinturón de seguridad, pise a fondo el acelerador, con la mirada perdida en algun lugar de la carretera, cerré los ojos, comencé a prestar atención al viento en mi cara, y solté el volante mientras pisaba aún mas a fondo el acelerador.

+ Pronto estaremos juntos mi amor (dije entre dientes)

Sentí como el auto perdía el control, mientras se impactaba contra el muro de contención, mi cuerpo salía proyectado del auto, fue entonces cuando la ví, mientras estaba a unos metros de caer al suelo, ví a la reina de la noche, ví a una vieja amiga preocupada por mi, ví al miedo frente a frente y fue como sentir a dios entre la manos, caí contra el asfalto
Y con mis últimos minutos de lucidez, antes de desmayarme vi a la reina de la noche acercarse.

- Levántate, caminemos juntos.

Era la muerte.