Capítulo 8: Actos y Consecuencias

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Han pasado 4 días desde aquel sueño, y la rutina diaria cada vez es atractiva, por alguna razón me parecía emocionante regresar a ella, veía todo desde un enfoque diferente, es curioso como cambia tu perspectiva cuando te das cuenta que en la vida no es tan solo un día más, si no tan solo un día menos.
Hoy, me encontré en la necesidad de cumplir con mi responsabilidad como "la muerte" salí a caminar sin razón aparente hasta que llegué a un pequeño parque, en el, viejillo de edad sumamente avanzada se encontraba sentado en la una mesa de concreto, intentando jugar ajedrez con un personaje fantasma, me acerqué a él y me senté como su contrincante de ajedrez.
- Es una bella tarde,¿No cree?
+Claro, sin duda, es un día bastante tranquilo, el sol está apenas en su punto más cálido, los árboles de este parque mantienen fresco el lugar.

Comenzamos a jugar, con cada movimiento en el tablero me percataba que aquel hombre había sido un héroe de guerra, sus cansados ojos de soldado que sin duda han visto de primera mano la crueldad de la que es capaz un ser humano, se le notaban llorosos.
- Puedo preguntar ¿porqué sus intenciónes llorar cada vez son más presentes en su rostro?
+ Mi hora cada vez está más cerca, se que cuando esté juego de ajedrez termine, tendré que irme al infierno, de eso estoy seguro, oh! sí tan solo pudiera recorrer una vez más éste verde bosque que tanto me ah acompañado...
- Hake Mate...
+ Y así mi hora ah llegado... Es hora de recibir mi destino...
- si, eso sin duda sucederá pero, antes, vamos demos un último paseo.

Aquel anciano iba a tomar su bastón cuando lo tome de la mano.

- Tranquilo, ya no necesitará eso nunca más...

Lo levanté lentamente de su asiento, y poco a poco su postura fue más erguida, con el asombro en sus ojos, aceptó acompañarme...

- Sabe, yo también eh recorrido este bosque durante días enteros y frías noches...
+En busca de que?
- De la muerte, por supuesto.
+Y veo que la encontraste, es más te convertiste en ella... ¿Cómo fue que pasó eso?
- Estaba tratando de ahogar un viejo sentimiento en alcohol, tome el auto, aceleré a fondo y así fue como la encontré...
+ ¿Cómo se llama?
- ¿Quien?
+ ¿Cómo se llama la chica?
- Thamara... El gran amor de mi vida...
+ Y dime, Rey de la noche, Este gran amor tuyo... ¿Vale el precio que estás pagando?
- Por supuesto que lo vale, es un precio que estaba dispuesto a pagar por ella... A final de cuentas, ¿que tan larga puede ser la eternidad sin ella?
+ demasiado larga... Te lo apuesto

Mientras terminaba su frase, un par de caminos a medio bosque se cruzaron en nuestro camino...

- Aquí yo ya no puedo intervenir, el camino que usted tome, será el camino que lo llevará a su más grande deseo.

+Gracias... Y fue agradable poder hablar con alguien por última vez ...

Emprendió su camino con pesar hacia la senda, en ese entonces, un joven sumamente atractivo, lo recibió al final de la senda, y lo acompañó hasta que desaparecieron a lo largo del camino...

Me quedé pensando en las palabras de ese hombre mientras me dirigía a la siguiente persona,

"¿Que tan larga puede ser la eternidad sin ti?"

Después de un largo recorrido, me encontré frente a la escena de un crímen, una masacre escolar...

Una madre desesperada, con el llanto en los ojos, al notar mi presencia, comenzó a contarme lo sucedido mientras las furtivas lágrimas corrían por su rostro...

+Mi hijo fue asesinado en una masacre escolar, cuando llegué y vi su cadáver envuelto una bolsa de plástico, me acerque a ella, la abracé con fuerza y llore de la manera más amarga, minutos después pude encarar a su asesino, el tan solo me miró fríamente a los ojos, y con la mas cínica y falsa de sus sonrisas, emitió las palabras que nunca olvidaré...

"Lo siento mucho, señora, pero el se negó a soltar el arma y ya había acribillado a varios alumnos"

Dijo el oficial

En ese momento aquella pobre madre con el corazón roto, desbordó en lágrimas, gritos y dolor... juro vengarse, con tono de amenaza, no hay nada mas fuerte que la promesa de una madre...

Yo, tan solo me acerqué al cuerpo y lo sentí vacío, no había alma o algo que guíar, su destino fue en automático cuando aquél disparo en la cabeza le negó la vida ... Aunque honestamente, yo me aferraba a la idea de que se la había otorgado la dicha de descansar en paz.

Hasta nunca mi amor, y por siempre mía.Where stories live. Discover now