Hasta nunca mi amor, y por siempre mía.

Capitulo 3: La pisicología de la frustración

Alguna vez escucharon de alguien que esperara con toda la fuerza de su existencia, el envejecer...

Ver como su rostro se arruga, su cabello se hace blanco o plateado por la edad, como su cabello se cae, mientras la vida y la euforia de continuar con su vida cada vez es más y más inexistente en su mirada?

Bueno... Yo soy una de esas personas, todos los días de mi vida me despierto, me levanto al baño y me veo al espejo con la esperanza de ver arrugas en mi rostro, canas en el cabello y una que otra mancha de la edad, sin embargo, todos los días me encuentro con lo mismo, un rostro cansado, ojeroso, decepcionado y triste, me recargo en el pequeño mueble que sostiene el lavabo del baño e inclino la cabeza, un gesto de decepción, un suspiro de cansancio y un grito al espejo de frustración...
Era lunes, tenía que ir a la oficina, había descuidado por 3 meses mi compañía, T&A.inc, todo era un desastre, perdimos clientes, tenemos deudas en todos lados, amenazas de embargo por parte del banco, la empresa necesitaba a su dirigente, llegué a la oficina, y conforme iba caminando a hacía mi escritorio, captaba las miradas de todos, ¿Me veré tan mal?, Dije en mi mente, llegué al escritorio, Kari, mi secretaria, fué a recibirme.
Llevaba un pequeño vaso de mi café favorito un Irlandés de la cafetería Tierra Garat, ella sabia cuánto adoraba ese café.

- Es un placer tenelo de vuelta jefe
+Tenía que volver, todo está mal.
- Hice lo que pude en su ausencia pero la compañía está mal...
+ No te preocupes, ya lo arreglaré
- Porsupuesto que si, siempre lo hace.

Dejo el vaso de café y se fue a su escritorio, cerré la puerta y me puse a trabajar, pasaron las horas, las llamadas y clientes con ellas, ya era d madrugada, casi el día siguiente y aún no podía terminar, logré solucionar casi todos los problemas... Sin embargo, cuando me recliné en la silla, encontré sumamente atractiva mi navaja, la navaja táctica que me dieron en la marina al hacer mi servicio militar, fue como ver a una vieja amiga, cuyos rastros de su magia aún los tengo en los brazos y las piernas, pero esta vez sentí el impulso de clavarla lentamente en mi corazón, sentir como corta cada músculo de mi ser y sentir como mi vida se escapa lentamente de mi, pero solo la clave en el escritorio con fuerza, tomé el saco y me fuí, era hora de volver a casa.
Siempre huyo de la seducción de la muerte en sus múltiples formas...
Pasaron los días y con ellos los problemas, y con ellos, la llegada de la soledad, una soledad espesa y pura...
La soledad está matándome, días enteros sin hablar con alguien, esperando un mensaje, una llamada o tan si quiera que alguien tocase a la puerta como una broma de mal gusto, estoy cansado de estar siempre para todos, de buscar alguien con quién hablar o tan sólo poder salir, las calles de esta ciudad me han visto recorrerlas hasta altas horas de la noche, incluso escucho mi nombre en el viento que ulula entre los árboles, cada noche, cuando llevo mi cansado cuerpo a la cama, deseo con toda la frustración y esperanza de mi alma, que sea mi última noche, estar lo suficientemente cansado psicológicamente para ya no despertar más, sin embargo, con la esperanza en su máxima expresión, despierto y me llevo exactamente la misma decepción de todos los días, avanzando con ellos hacia ninguna parte al igual que la monotonía de la rutina diaria...
Me encontraba ahí, revisando viejas conservaciones de Facebook y WhatsApp, escuchando audios diciéndome "Te amo" como un bucle, hasta que llegué a un momento en esa, nuestra relación dónde estuvimos peleados, ambos pasábamos por un mal momento, yo en lo personal y ella en lo familiar, pero nos reconciliamos como la gran pareja que éramos, funcionó un tiempo, pero por azares del destino, volvimos pelear y dejamos de hablar.
Pasaron un par de años... Y ella volvió

No sabía porque o para que pero cuando ví su mensaje en mi bandeja de entrada, sentí lo mismo que cuando la ví por primera vez, incluso más fuerte y en ese momento, todas las costuras se rompieron, estaba a sus pies de nuevo, después de unos meses, volvimos a pelear, ella quería estar sola y yo me aferraba a quedarme a su lado, le rogué y le supliqué que me dejara estar ahí con ella apoyándola pero, solo se molestó más y me apartó completamente de su vida...
Ahí estaba yo, torturàndome con recuerdos y mensajes que aún después de bastante tiempo me causan bastante daño, aún siento ese cosquilleo en el estómago que solo de siente cuando algo en verdad te duele...
Y por curioso que les parezca, adoro hacer eso...
El dolor me centra, me enfoca, me mantiene con los pies en la tierra.

"El arte es dolor, la vida es sufrimiento"

Es frustrante, tener recuerdos hermosos y felices con el amor de tu vida, saber que está muerta y aún así querer estar con ella, todos le tememos a la muerte por naturaleza, pero la muerte no es más que la mejor amiga más mierda que podrías tener, esa amiga que te planta todos tus problemas y errores con la fuerza de la verdad y la realidad.
la muerte es un tema bastante egoísta, dado que queremos a la persona más tiempo con nosotros, sin pensar el ¿Porque?.
me gustaría preguntarte querido lector, ¿Cuál es tu porque?, ¿porque te levántaste ésta mañana?, ¿Porque desayunaste tal cosa?, ¿porque te pusiste esa ropa?, porque veniste aquí?, Aparte de del hecho de querer leer algo y pasar el el tiempo, pero eso no es relevante ahora, el gran Porque.

No estamos aquí solo para leer algo, venimos a conectar, estamos hablando de personas, ideales, gustos y pasiones, atrás vez de la literatura, ahora, ¿como hacemos eso?, Simple...
Amor, Tiempo y Muerte, 3 abstracciones de la vida que entrelazan a todos y cada uno de nosotros, todo lo que deseamos, todo lo que tememos que nos falte, todo lo que finalmente compramos es porque al final del día anhelamos amor, deseamos más tiempo y le tememos a la muerte.
Amor, Tiempo y Muerte

Comencémos por ahí.