Capitulo 5: Muerte

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Cuando me levanté de aquél frío asfalto, noté que todo tenía un ligero tono gris, el sol a la distancia, el fuego, incluso el color de mis pies, sabía que había entrado a una nuevo mundo, uno donde no existía el tiempo o la descomposición, no sabía con certeza si estaba vivo o muerto, en medio de aquella epifanía, logré ver de reojo una mujer que vestía una elegante capa azul con gorra, tacones y una sombrilla.

- hola!?, Puedes ayudarme?

Apenas y podía mantenerme en pie, estaba conmocionado por aquel accidente

+Te estaba esperando, comenzaba a preguntarme si en verdad tenía que arrastrar tu cuerpo al crematorio del purgatorio.

- Estoy muerto?
+No, pero casi, de hecho estás agonizando. Voltea

Cuando mire hacia atrás ahí estaba mi cuerpo, semi destruído, amorfo incluso con la sangre corriendo en el asfalto

+moriás pronto, es cuestión de tiempo
- tiempo ah!? Pero si aquí no existe el tiempo
+ Quien dice que no? Solo está pasando más lento, de hecho, si te das cuenta, el auto nisiquera ah terminado de detenerse.
- pero que mierda!? Entonces que demonios hago aquí?
+ Quería hablar contigo. Sabes llevo bastante tiempo aquí llevando las almas que mueren en todo el mundo a su destino, ya sea el cielo o el infierno.
- entonces no estamos condenados en vida de acuerdo a nuestros actos?
+ Ja no, sería muy lindo que eso sucediera, que murieses y que automáticamente despiertes en el cielo o en el infierno.
No, eso no pasa, por eso existo yo, la muerte, quien mucha gente me pinta como un esqueleto con una túnica negra y una guadaña, quien ortodoxamente usa para cortarte la cabeza y enviarte al cielo o al infierno, pero no, no soy así
- ¿entonces? ¿Que eres?
+ Mírame como un guía, una amiga, la más Antigua de tus amigas.
- Tu llevaste a Thamara?
Tu la guiaste?
+ Thamara aún no muere
- Qué!? Pero si yo la vi morir!
Yo enterré su cadáver!
+Estás seguro de lo que enteraste era un cadáver?
- Claro que si! Le llore días enteros, la visito todos los días en su tumba! No me mientas!
En ese momento la sujete con fuerza y la avente contra el asfalto y presione con toda mi fuerza, con toda la fuerza que un corazón roto puede dar mientras le gritaba:

- Dime dónde está! Dónde está!?

La muerte intentaba recuperarse pero era en vano, mi vocación era tan fuerte que ni la muerte se pudo salvar de ella total, ya estaba muerto, así que solamente tuve que seguir apretando, cada vez más y más fuerte hasta que simplemente ya no se movió...

Maté a la muerte, que tan posible era eso, es la muerte y me preocupaba quien ocuparía su lugar...

Hasta nunca mi amor, y por siempre mía.Where stories live. Discover now