Capítulo 3:

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Tony suspiraba lleno de nostalgia, tener tan cerca pero tan lejos a su alfa, era un martirio, como deseaba que ese par de brazos fuertes lo abrazaran, esos húmedos labios besándolo, que le hiciera el amor, volvió a suspirar, algún día.

Sus cavilaciones y sueños fueron interrumpidas por un alboroto, Tony prestó toda su atención en los murmullos de tal tumulto.

¡La bodega! y ¡entrada a el área de los gladiadores! Sin pensarlo dos veces bajó las pequeñas escaleras, para encontrar una escena desagradable, un pobre chico estaba siendo ultrajado por los esclavos de la casa, que vergüenza.

Le jaloneaban las ropas y las rasgaban por el imperioso esfuerzo del chico por soltarse de las manos violadoras.

— ¡¿Qué creen que hacen?! — todo movimiento y forcejeó seso al instante que la voz fuerte y demandante de Tony se escuchó.

— Dominus — casi grito un esclavo.

— Les he preguntado algo — la voz del omega seguía siendo de mando, sabía quién era.

— Dominus es un omega, solo queríamos... — se atrevió a contestar otro.

— ¿Violarlo? Ultrajar al pobre muchacho, puede ser omega, pero eso no les da derecho a decidir sobre su cuerpo — Tony hizo un ademan hacia el chico, -no podía tener más de dieciséis años -para que se acercara a él.

El pobre omega más pequeño se aferró a Tony como salvavidas, derramando gruesas lágrimas.

Tony miró a todos con asco — Me dan pena —subió las escaleras aún con el chico aferrado a su cintura.

— Gracias, gracias, gracias — el omega lloraba agradeciendo.

— No te preocupes, ¿Cuál es tu nombre? — el omega mayor peinó los castaños cabellos de muchacho.

— Peter — sorbió sus mocos de forma asquerosa y poco refinada.

— Okay Peter, serás mío de ahora en adelante, nadie podrá tocarte sin mi estricto permiso ¿De acuerdo? — Peter asintió energéticamente.

— Ve con Barry él te dirá que hacer — el pequeño omega no quería soltar al mayor, olía tan bien, como el hogar que perdió.

Tony sonrió ante la terquedad del omega por mantenerse en sus brazos, era tierno y adorable, aún era un niño, beso sus cabellos. — Ve — susurró con suavidad el omega.

Peter se soltó a regañadientes, pero comenzó a correr por el pasillo, trastabillando en el proceso.

— ¡Cuidado! ¡No corras! — Tony río un poco cuando el pequeño omega lo volteo a ver avergonzado, asintiendo abochornado.

Tony caminó decidido al despacho de su padre, entro sin ser invitado provocando un gran estruendo con el par de puertas, se plantó delante de su progenitor firme y con convicción.

— Quiero a Peter — se cruzó de brazos.

— ¿Quién? — preguntó su padre sin realmente saber de quien se trataba.

— El esclavo omega, lo quiero — parecía que su padre pretendía protestar, pero Tony le mando la mirada de "me lo debes" - sabía que dándole un esclavo jamás iba a compensar el hecho de que no lo dejara estar con su alfa- Howard suspiró y finalmente asintió, entregando uno de los montones de pergaminos a su esclavo personal.

El omega simplemente dio vuelta, sin dirigirle más palabras, Howard sabía que su hijo estaría enfadado con él por mucho tiempo, pero lo hacía por su bien y el de esa casa.

Innvictus ⌠SuperIron⌡Where stories live. Discover now