Innvictus ⌠SuperIron⌡

Capítulo 6:

Tony no se pudo mantener en su lugar, necesitaba ver a Clark y examinar su herida, ver si estaba bien y entero, se puso de pie, asintiendo cortésmente a todos los que se cruzaban por su lado, era consiente que Clark sería el tema principal en esta y otras reuniones, nunca había visto a un gladiador tan fiero y entrenado, y eso ponía a Tony orgulloso, pero primero que nada necesitaba ver y verificar el estado de su alfa.

— Quédate aquí, cúbreme todo lo que puedas, no tardo — murmuró a Peter consternado, el omega castaño asintió y miro partir a su amo.

Sus amigos lo observaron con confusión, el único que sabía dónde iba su amigo era Loki, de verdad había aprendido bien, se sentía orgulloso.

— Barry ven conmigo — el beta rubio siguió los pasos de su dominus de cerca.

No les fue difícil la entrada a las celdas, era Tony Stark el omega más reconocido de toda la provincia de Capua, además del más hermoso.

Miró a Barry de soslayo para que lo esperara a las afueras de la celda de su alfa, el beta entendió de inmediato y se quedó atrás.

Lo primero que hizo Tony al entrar fue localizar a Clark tan rápido como pudo, el verde de su mirada se dilato al momento en que lo encontró de espaldas inclinado sobre el cuenco de agua fresca, limpiaba la sangre de su rostro y herida, la sangre diluida escurría a través de su pecho expuesto, se veía ardiente, jodidamente caliente.

— ¡Clark! — advirtió de su presencia el omega, ni bien había procesado el ser llamado cuando el pequeño cuerpo de Tony lo embistió, abrazándose del cuello del alfa – bueno de un costado- Clark rodeó la delgada y delineada cintura, pegando el ligero cuerpo al suyo.

Hundió su rostro en el cuello del omega, aspirando como si la vida se le fuera en ello.

— ¿Estás bien? ¿Te lastimó mucho? — Tony quiso mirar colocando su mano en la mejilla del alfa, pero Clark tenía otras intenciones.

Ahueco la mano en su mejilla antes de besar esos labios sabor miel, aspiró, chupó y lamió su néctar vital, entre cada sorbida en su lengua Tony gemía.

Guiando el frágil cuerpo del omega hacia la cama provisional, -cuando Tony sintió la orilla de la cama detrás de sus rodillas supo que estaba perdido, y le gustaba la forma en la que iba a perder- Clark lo tomó de las nalgas antes de consignarlo sobre el maltrecho colchón.

Soltó esos labios deshechos, para darle una mirada de permiso, cuando Tony asintió sin duda, su húmeda boca acarició el sensible cuello del omega.

Sus manos vagaban, marcaban y delineaban por las esbeltas y delineadas piernas y muslos de Tony, el omega cada vez se le hacía más fácil abrir sus piernas a su alfa, estaba deseoso.

El omega tembló cuando sintió la lengua caliente sobre la tela justo donde se ubicaba su pezón, el calor y la humedad lo hizo vibrar.

Tony alzó sus caderas para facilitarle la tarea a su alfa, aunque no sirvió de mucho pues su ropa interior fue destrozada y reducida a arrapos, el omega río bajito.

La mirada azulada de Clark lo analizó divertido, Tony llevó sus nerviosas y apuradas manos a los pantalones del gladiador.

Tony sofocó una exclamación de asombro al ver el calibre de la verga de Clark, el alfa sonrió orgulloso ante la bella mirada del omega.

Tony quería tocar y comer, probar y deleitarse, acercó su mano titubeante, pero fue interceptada a mitad de camino por el gladiador, quien negó con su cabeza.

Y volvió a reclamar esos labios que amaba a morir, viviría y moriría en aquellos labios, su lengua exploraba hasta el paladar, casi ahogando al pobre omega, que lo único que podía hacer era gemir en la garganta del alfa.