La preparatoria Neverland, preparatoria en donde solo los chicos con futuro prometedor y ricos en su mayoría asisten.
En este lugar existen secretos como en cualquier otro, secretos que pueden llegar a cambiar tu vida o simplemente joderla más de la...
Después de leer aquella carta, la señora me abrazó y se despidió al igual que toda su familia hasta solo quedar yo en ese desolado cementerio, no aguanté más y decidí marcharme, mañana empezaba un nuevo capítulo en mi vida y no podía simplemente seguir así, me levanté de la banca donde me encontraba minutos antes para tomar un taxi que me llevase hasta el orfanato. Al llegar fui corriendo a mi habitación para poder buscar de ahí mi móvil, una vez que lo tuve en mis manos marqué el número de Mack en él. Tardó unos minutos, pero finalmente me conecté con ella en la línea.
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- Hola, Mack, Soy Jess... Jessy, eh, no sé cómo decirte esto, pero... -hago una pausa- Te necesito. -suelto finalmente.
- Estaba esperando esta llamada desde que vine a este lugar. -expresa muy tranquila- Dentro de una semana iré a Francia y juntas vendremos a Wildwood, te extrañé mucho Russel. –me encanta cuando Mack me habla tan dulcemente, me hace sentir segura y protegida.
- Yo también te extrañe Macky Wacky. -se me escapa una pequeña risita y a ella igual.
- Y yo extrañe tus raros, pero lindos Nicknames, pequeña. -ríe- Dime cuál es el motivo por el cual quieres venir a Wildwood. -pregunta algo extrañada- ¿Te peleaste con Nicolas?
- No, yo...
- ¿Tú...? ¿Qué pasa Rusell? -me interrumpe.
- Nicolas, él... -hablo entrecortado tratando de no llorar. – Él... Él. -se me escapa un sollozo- Mack, él...
- Lo siento pequeña, luego te llamo, ¿sí? -me interrumpe y apenas logro escuchar lo que me trata de decir, ya que escucho a Mack conversar con otra persona. - Edward me necesita y es urgente, adiós Jess. - logro escuchar que dice para luego cortar la llamada.
- Nicolas murió. -expreso una vez terminada la llamada y bajando el teléfono de mi oído. -esa es la razón- Agacho mi mirada y una lágrima se desliza por mi mejilla, la limpio y levanto mi mirada- Vamos Jessy, a ella no le gustaría verte así, sonríe, dentro de una semana la volverás a ver. -me digo a mí misma tratando de calmarme para que así las lágrimas dejen de caer.
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