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N. Piscis

No se explicar qué es lo que me sucede cuando entramos a ese lugar. Es como si cada vez que pisó el laberinto una parte de mi, que permanece dormida, simplemente se apoderase de mi cuerpo. No es que no me importe lo que le pase a los demás, si mueren por mi jamas me lo perdonaría, pero se que nos vigilan. Nunca le a gustado que me limite en los entrenamientos. Creo que una parte de mi, muy pequeña en lo más profundo de mi solo lo quiere complacer. Que se enorgullezca de mi.

Pero apenas suena la alarma, vuelvo a la realidad, viendo a mis amigos en el suelo. A quien es casi como un hermano para mi inconciente por que no me importo que seguramente la descarga de Capricornio podría matarlo, más al tener contacto directo con el agua. Se que no se lo toma personal, nunca lo hacen, ninguno, abajo no importa nada, pero aun así no evita que al final de todo llegue la culpa.

Es lo que me llevó a quitarles el dolor, una parte de mi habilidad que no disfruto, yo no quito el dolor como tal ni los sentimientos negativos, mas bien los absorvo, los transfiero del cuerpo de la otra persona al mio. Un proceso extremadamente doloroso, a pesar de eso es como si cargaras una batería, me hace mas fuerte, pero el proceso de absorberlo por completo y acostumbrarme en una mierda. De cierta manera lo veo como karma, yo les cause ese dolor, y yo me lo llevo sufriendo dos veces peor que el que cause.

Intente disimularlo lo mas que pude pero solamente quería llegar a mi cuarto y que nadie pudiera verme abrir aquella pequeña caja en mi habitación con la única cura a mi sufrimiento, para luego meterme en mi cama y hacerme bolita hasta mañana. Sentía que no podría mantenerme mucho tiempo en pie por lo que me sujete de Aries.

—Pasa algo? —murmuró al sentir como sujetaba su camisa acercándome a él.

—Todo se mueve —susurré de vuelta.

—Sabes que te hace mal.. por qué lo sigues haciendo? —me regaño, al no recibir ninguna respuesta por mi parte suspiro resignado—. Solo aguanta un poco casi llegamos.

Sujete con cuidado con ambas manos el borde de su camisa en el intento de un poco de estabilidad, seguimos caminando cada cierto tiempo podía sentir la mirada de Aries dirigiéndose así a mi, aunque él intentase ser discreto al respecto.

Como cada ocasión en la que utilizo esta parte de mi habilidad la sensación de presión a ambos lados de mi cabeza, las nauseas, el dolor muscular, la pérdida de equilibrio y el mareo están presentes. Dependiendo el daño que absorba incrementan los efectos secundarios, y el voltaje de Capricornio jamás a sido una broma.

Yo manejo el dolor mejor que ellos, mis habilidades se alimentan de ello, al menos es lo que me han dicho.Solo nos dicen algo cuando consideran que les será útil a ellos.

Parpadee un par de veces al notar como todo se desenfoca, mis oídos se taparon solo pudiendo escuchar un agudo pitido que taladraba mi cabeza, mis piernas comenzaron a fallar conforme todo continuaba en movimiento.

—Aries —susurre con dificultad antes de que todo comenzara a tornarse en negro.


N. Aries

Mis brazos se movieron más rápido de lo que mi cabeza podía procesar lo que estaba pasando sujetando su cuerpo antes de que tocara el suelo, envolviendo mis brazos a su alrededor rodee su cintura pegando la a mi cuerpo.

Su piel helada entró en contacto con la mía, un escalofrío me recorrió la columna cuando senti su lenta respiración contra mi cuello. Me volvi incómodamente consciente de todo sobre ella en ese momento, mientras la sujetaba con uno se mis brazos y con el otro bajaba hasta pasarlo por debajo de sus rodillas para poder cargarla.

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⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

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"La Academia" (Edición) [#1 A.P.N.E]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora