01.

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-¡Eh, Kaspbrak! Si es que ése es tu verdadero apellido.

Las risas resonaron en el patio del recreo. Jack levantó la cabeza desde su juego particular. En su mundo, era Brett Fayre lanzando la bola para ganar la Super Bowl.
Por supuesto, nunca le decía a nadie lo mucho que adoraba a Brett. Vivía en Illinois, tierra de Lincoln y de los Chicago Bears. Si decía que Fayre era el mejor quarterback de todos los tiempos, tal vez le rompieran la nariz.

Jack miró al grupo de chicos que había decidido prestarle atención, aunque no de manera agradable, y pensó que tal vez acabase con la nariz rota de todas formas. Aunque se estaban riendo, parecían grandes y malos, y preparados para dejar de reírse en cualquier momento.
Jack ya había estado en esa situación antes. Cuando los matones se acercaban, era mejor esconderse y no llamar la atención. Sólo que estaba empezando a cansarse de tener que esconderse. Además, su padre le había dicho que ya no tendría que preocuparse por que la gente le volviera a hacer daño. No en Derry. No mientras Eddie Kaspbrak estuviera cerca.

Era una pena que no estuviera cerca en ese momento.

-Me apellido Kaspbrak -insistió Jack-. Como mi padre.

El líder, Jeremy Bowers, un niño tan grande que todo el mundo intuía que había repetido, dio un paso al frente y dijo:

-No es tu verdadero padre. Simplemente te acogió cuando apareciste en el jardín.

Aquello era relativamente cierto. Salvo que Eddie iba a adoptarlo, y entonces serían una familia de verdad.

-Mi apellido es Kaspbrak -repitió Jack.

-¿Pone eso en tu partida de nacimiento?

Jack puso cara de dolor, y deseó no haberlo hecho cuando Jeremy sonrió. Tenía problemas en el colegio, no porque fuera torpe, sino porque le costaba prestar atención. Incluso aunque no hubiera tantas cosas divertidas que ver y hacer cualquier día, quedarse quieto le costaba trabajo.
Jack trató de alejarse, como su abuela le había dicho que hiciera cuando los demás niños se metieran con él, pero Jeremy no era el típico niño al que se le pudiera dar la espalda con facilidad.

-Imbécil -dijo agarrando a Jack del brazo y dándole la vuelta.

Jack apretó los puños automáticamente. Había vivido en las calles antes de ir a vivir aquí; se había enfrentado a niños mayores y peores que Jeremy. Si no le quedaba más remedio, podría pelear. Aunque esperaba no tener que hacerlo.

-¿Acaso tienes partida de nacimiento? He oído que comías basura. Que tu madre te odiaba tanto que te dejó tirado en un callejón y se marchó. Te inventaste tu nombre, robaste tu apellido y ni siquiera sabes cuándo es tu cumpleaños.

Jeremy había oído bien, pero Jack no pensaba decírselo. Jack no iba a decirle nada. Apretó los labios al igual que los puños y contó hasta diez.
Por desgracia, su silencio pareció envalentonar a Jeremy y a sus amigos. Se acercaron y comenzaron a gritarle.

-Perdedor.
-Sin nombre.
-Estúpido.
-Hiperactivo.

A Jack le escocían los ojos por el esfuerzo de contener las lágrimas y la ira. Cada una de esas cosas era cierta.
Aun así, gritó:

-¡No es verdad!

Alguien lo empujó por detrás. Se tropezó contra otro chico que volvió a empujarlo hacia atrás. Jack calló y aterrizó de rodillas en el suelo. Se puso en pie, sabiendo que, si se quedaba tirado, le darían patadas; pero, mientras se incorporaba, alguien lo golpeó con el hombro en la cara y comenzó a sangrarle la nariz.
Jack miró a su alrededor para ver si la sangre les asustaba o si simplemente les enfurecía más. Todos eran más altos que Jack, que no era alto en absoluto.
Su padre le decía que llegaría a ser tan alto como los demás, que no había más que mirar a sus pies.

Otro papá para Jack Dylan[Reddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora